Argo

Adrenalina inteligente: ARGO

Dirección: Ben Affleck. País: USA. Año: 2012.

Duración: 120 min. Género: Thriller.

Interpretación: Ben Affleck (Tony Mendez),

Bryan Cranston (Jack O’Donnell),

John Goodman (John Chambers), Alan Arkin (Lester Siegel),

Guion: Chris Terrio;

Producción: George Clooney, Grant Heslov y Ben Affleck.

Música: Alexandre Desplat.

Fotografía: Rodrigo Prieto.

Montaje: William Goldenberg.

 

 

 

Hace unos años el joven actor Ben Afleck se dio a conocer por una buena interpretación junto a Matt Damon en el film “El indomable Will Hutting”. Después de esta buena película Afleck actuó en otras cuyas interpretaciones no tuvieron tan apenas relevancia.

Pero en 1007 Ben Afleck se puso tras las cámaras y dirigió “Adiós pequeña, adiós”, interesante film que, con una temática muy propia de cine negro, se atrevía incluso a hacer una reflexión religiosa. Años después llegó “The town, ciudad de ladrones” con la que Afleck se erigía como un buen director. Ahora, cuando ha estrenado “Argo” uno tiene que rendirse ante la evidencia de que estamos ante un muy buen director con una gran oficio  para contar historias.

La historia que cuenta “Argo” podría considerarse surrealista y propia de un farsa de ciencia ficción de no saber que nos encontramos ante la narración de unos hechos históricos.

En 1979, la embajada de los Estados Unidos en Teherán fue ocupada por una turba furiosa de iraníes que secuestraron a unos 70 ciudadanos norteamericanos que estaban en el interior. Seis de ellos consiguieron huir y se refugiaron en la casa del embajador de Canadá. Lógicamente no podían salir porque, de ser descubiertos, se les hubiera acusado de alta traición en un momento en el que la justicia brillaba por su ausencia y las ejecuciones eran constantes.

La CIA y el gobierno canadiense organizaron una operación para rescatar a seis diplomáticos estadounidenses. Con este fin y con el agente Tony Méndez al mando, se recurrió a un experto en el arte del disfraz y se preparó el escenario para el rodaje de una película («Argo»), en la que participaba un equipo de cazatalentos de Hollywood.

Esta historia permaneció en los archivos secretos de la CIA hasta que, pasado el tiempo pertinente, el gobierno de los USA la desclasificó y pudo conocerse.

Con este material Afleck consigue un film contundente y muy bien rodado. Se mezclan con habilidad imágenes reales con imágenes de ficción (algunas dramáticas: mujeres con jihab armadas y amenazantes, cadáveres colgados ahorcados en grúas…) lo que da al relato un realismo excelente.

Afleck, por otra parte, impone a toda la película un interés creciente que hace que la adrenalina suba cada minuto. Acompañado por una música efectista, la tensión emocional y dramática de la situación se traslada admirablemente al espectador, que participa de una cada vez mayor inquietud ante el suspense de la situación. Responsable de esta escalada de tensión e intriga es un excelente montaje que utiliza con frecuencia dos líneas narrativas que se desarrollan alternamente en la pantalla. Afleck maneja en este sentido al espectador a su antojo atenazándole a la butaca y haciendo que el interés del film sea cada vez mayor.

Otro elemento interesante es la relación que el agente Méndez mantiene con todos los grandes de Hollywood. Los egocentrismos y las banalidades que esconden falta de talento en el mundo del cine son tratadas con una hilaridad que sirve de respiro y sonrisa para el espectador.

Por primera vez en su carrera como actor, Afleck acierta en un tono inexpresivo y frío necesario para su personaje. Los secundarios están muy bien, destacando Bryan Cranston y John Goodman.

No faltará quien diga que ésta es una película descaradamente proamericana. El final, con Méndez reconciliado con su familia y abrazando a su hijo con la bandera de los USA como es ciertamente muy propagandista; pero esto no ensombrece la grandeza de un film de intriga excelentemente realizado capaz de mantener al espectador atento a la pantalla hasta el final. Y digo hasta el final porque incluso los rótulos de crédito son interesantes al aparecer los personajes auténticos del drama.

En fin, cine de acción con mayúsculas, con una trama humana, sin más efectismos que los de una historia bien contada. En esta época en la que la llamada primavera árabe suscita dudas sobre su bondad, bienvenida sea esta excelente película de acción que nos recuerda una de las páginas desconocidas de nuestra Historia.

JOSAN MONTULL

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