Criadas y señoras

La verdad os hará libres: CRIADAS Y SEÑORAS

Director: Tate Taylor

Intérpretes: Viola Davis, Bryce Dallas Howard,

Octavia Spencer, Emma Stone

Título en VO: The Help

País: USA Año: 2011.

Fecha de estreno: 28-10-2011

Duración: 146 min

El tema del racismo frente a las personas negras ha sido muchas veces llevado al cine. El director Tate Taylor ha adaptado una novela homónima de Kathryn Stockett para hacer una película sobre el apartheid de forma humana, optimista y esperanzada. Lo verdaderamente original tanto del film como, obviamente de la novela, es que la historia es casi exclusivamente femenina; todo el drama del segregacionismo va a ser protagonizado por unas mujeres con un carácter y una humanidad muy marcadas.

La película, enmarcado al sur de Missisipi en los años 60, cuenta la historia de tres de estas mujeres. Skeeter, una joven que ha regresado a casa tras al terminar la Universidad. Comienza a trabajar en un periódico mediocre escuchando cada día los reproches de su madre que quiere verla pronto casada. Asibilen, una criada negra, sabia y buena que ha criado a diecisiete niños blancos. Además arrastra la tragedia de haber perdido un hijo por una negligencia ocasionada por el racismo. Minny, excelente cocinera, con un carácter indómito. Pierde los empleos debido a un carácter fuerte y acaba de ser contratada por una extravagante señora tan necesitada de una buena cocinera como de una buena amiga.Las tres mujeres unirán sus vidas para llevar adelante un proyecto literario secreto lleno de peligros: escribir las historias de vejación y humillación permanente que viven las criadas negras al servicio de familias blancas.

La escritura clandestina de un libro se convierte entonces en el eje narrativo en el que se van articulando las distintas historias. De una forma un tanto maniquea, el film presenta el contraste entre dos tipos de vidas: las mujeres blancas, que fuman permanentemente, se dan aires de grandeza, organizan cenas benéficas y son incapaces de dedicarse a sus hijos…y las mujeres negras: que son luchadoras, buenas, trabajadoras, sufridas y con una extraordinaria capacidad de amor a los niños. A éstas todo les da la espalda: la ley, la policía, sus amas…incluso viven la tragedia de criar a los hijos de otras, sin tiempo para cuidar a los suyos, aun sabiendo que esos niños blancos a los que cuidan y quieren, se convertirán el día de mañana en racistas que prolongarán ese estilo de vida que les condena.

Pero entre los contrastes entre blancas y negras, el más interesante sin duda, es el de su concepción de Dios. Las blancas utilizan a Dios para justificar su estilo de vida cómodo y, más aún, para justificar el racismo: “Dios no da caridad a los ineptos” dirá una ama blanca a su criada negra que necesita dinero para la educación de su hijo. Pero para las mujeres negras Dios es su compañero en la pena, el consuelo en el dolor (“Dios me ayudó a superar la pérdida de mi hijo”) y el acicate para la lucha por la dignidad. Será precisamente en la Iglesia cuando Aibileen supere el miedo y se decida a contar la verdad de sus sufrimientos para que sea desvelada en un libro. El pastor les dice “El valor no es sólo ser valientes, es hacer lo correcto a pesar de las dificultades. Dios nos dice, nos manda, nos insta a amar. Amad. Amad al estilo de Cristo. Está dispuesto siempre a comprometerte por tus amigos. Y ama a tus enemigos, porque si les amas, ya tienes la victoria”.

Y es ahí donde está el motor de la revuelta: en decir la verdad con valor, a pesar de las dificultades; decir la verdad, no sólo por uno mismo sino también por los amigos. Las vidas de las tres mujeres cambiarán: Aibileen será despedida en un acto de dignidad libérrimo, Mini se sentará a la mesa con los señores y Skeeter, que ha perdido amigas por decir la verdad, se reconciliará con su madre que afirmará “El valor a veces se salta una generación. Gracias por volverlo a traer a nuestra familia”.

Película entrañable, hermosa, profundamente humana y espiritual. Su extenso metraje (casi dos horas y media) se disfruta con comodidad apoyado por un tratamiento de comedia dramática y sobre todo por unas actrices excepcionales. “Criadas y señoras” nos habla del valor de la verdad, de la dignidad humana y de la fuerza de la bondad. ¿Se puede pedir más?

JOSAN MONTULL

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