MISERICORDIAE VULTUS 2

Misericordiae Vultus: La misericordia en la pantalla (parte 2 de 3)

SEGUNDA PARTE: CÓMO DISFRUTAR MEJOR DEL JUBILEO

En la segunda parte de la bula, el papa Francisco propone para profundizar en el jubileo hacer peregrinaciones porque eso será “una señal de que la misericordia es una meta a alcanzar que requiere compromiso y sacrificio”.

El camino como búsqueda de transformación personal y de encuentro consigo mismo ha sido repetidas veces llevado al cine. Como camino de misericordia proponemos tres películas:

  • Una historia verdadera (de David Linch. USA 1999) que cuenta la historia del anciano Alvin Straigth que vive en Iowa con una hija discapacitada. Cuando se entera de que su hermano Lyle, con el que no se habla desde hace años, ha sufrido un infarto, descubre que necesita reconciliarse y emprende una un largo camino de 500 kms hacia su encuentro con el único vehículo que tiene: una máquina cortacésped.
  • Nebraska (de Alexander Payne. USA 2013) que también narra la historia de un anciano, Woody Grant; con su hijo David emprende un viaje para cobrar un supuesto premio que ha ganado. La relación de padre e hijo, que ha estado destrizada por el alcoholismo del padre, se irá estrechan a lo largo del camino. Ambos descubrirán que el mejor premio son las personas.
  • Y En solitario (de Christophe Offenstein. Francia 2013) Film de aventuras también el tema del camino pero con una característica singular. Yann hace realidad el sueño de participar en la Vendeé Globe, una peculiar competición en la que hay que dar la vuelta al mundo en velero y en solitario. En plena navegación descubre que en la bodega del barco se ha escondido un adolescente sudafricano. Acogerle supondrá perder la competición.

Habla Francisco que una de las más hermosas características de la misericordia es el perdón. Anima a no juzgar y no condenar, sino perdonar y donar, mantenerse alejado de las murmuraciones… “aprovechar lo bueno que hay en cada persona, convirtiéndose en instrumentos de perdón”.

Edificantes historias de perdón encontramos en

  • La buena estrella (De Ricardo Franco. España 1997) un carnicero soltero, triste y solitario salva de ser apaleada a Marina, una muchacha a la que su novio drogadicto está apaleando. La acogida de Marina le llevará a acoger también a su novio, enfermo de SIDA y necesitado de perdón.
  • En El final del espíritu (de Jim Hanon. USA 2006) unos misioneros evangélicos se acercan a anunciar a Cristo a unas tribus amazónicas que les asesinas. Años después los hijos de los misioneros vuelven a la zona con la misma pretensión que sus padres. El encuentro con los asesinos pondrá a proeba sus convicciones cristianas.
  • La misión (de Roland Joffe. USA 1986) es ya un film clásico. El padre Gabriel, que vive en las misiones jesuitas del Paraguay protege con su vida a los indios guaraníes a quienes los cazadores de esclavos persiguen constantemente.  Rodrigo, antiguo cazador de guaraníes, es acogido por Gabriel en la misión buscando el perdón de sus culpas entre aquellos a los que ha perseguido.
  • La deliciosa Maktub (de Paco Arango. España 2011) es la maravillosa historia de cómo acoger a un adolescente con un cáncer terminal lleva a que una familia amenazada de ruptura matrimonial opte por el perdón y la confianza.
  • El odio que das (de George Tillman Jr. USA 2018) es un espléndido y hermoso film reflexiona sobre la inutilidad del odio. El que odia dice el film- queda encadenado a la persona odiada. Sembrar odio y sentimientos de venganza nos pone en una espiral de la que no hay salida. Hace falta que alguien rompa esa espiral para poder sobrevivir.

Francisco insiste mucho en la necesidad de abrir el corazón a los suburbios existenciales, llevando consuelo, misericordia, solidaridad y atención a los que viven “situaciones de inseguridad y sufrimiento…ser capaces de “vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, especialmente los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza.

La acogida misericordiosa de niños necesitados ha sido un tema muy recurrente en el cine.

  • Ya en el cine mudo nos encontramos con auténticas obras maestras. En El chico (de Charles Chaplin. USA 1921) el vagabundo Charlot encuentra a un bebé abandonado, le recoge, le cuida, le quiere, incluso le enseña a rezar. El niño va creciendo en un ambiente de ternura extraordinario junto al bondadoso y pícaro indigente hasta que las autoridades quieren controlar la situación
  • Sigue siendo una joya Marcelino pan y vino (de Ladislao Wajda. España 1954). La acogida del bebé abandonado por parte de una comunidad religiosa se convierte en una parábola preciosa de la dimensión teologal de la misericordia. Al film no le pasan los años y sigue siendo hoy muy recomendable.
  • La ciudad de la alegría. (de Roland Joffe. USA 1992), inspirada en la novela del mismo título nos habla de la redención de un joven médico voluntario en una misión católica entre los niños de Calcuta.
  • Una película tan vibrante como brillante es Trash, ladrones de esperanza. (de Stephen Daldry. Reino Unido 2014), narración protagonizada por auténticos meninos da rúa brasileiros en la que aparece reflejada la opción de una Iglesia pobre que con poco medios defienda la dignidad de los menores.
  • También desde el ámbito de la educación el cine nos muerta profesores comprometidos en la redención de jóvenes sin futuro. Así Diarios de la calle (de Richard Lagravenesse. USA 2007) y Los chicos del coro (de Christophe Baratier. Francia 2004) muestran cómo desde la literatura y la música, combinadas con el amor, se puede ayudar a a que los chavales vayan creyendo en sí mismos y reconstruyendo sus vidas.
  • De la necesidad de los menores ser acogidos dos películas españolas hablan con mucha dignidad, Héctor (de Gracia Querejeta. España 2004) e Ismael. (de Marcelo Pinyeiro. España 2013). En las dos asistimos a la búsqueda de identidad y de paternidad de dos chicos abocados al desamor.
  • Con otra mirada, UP (de Pete Docter y Bob Peterson. USA 2009) nos presenta la historia de un anciano cascarrabias que acoge a un niño de 8 años con dificultades para relacionarse y emprende con él una gran aventura. Un film maravilloso, un canto a la bondad.
  • Particularmente simbólica es Pan del cielo (de Franco Dipietro. Italia 2020) que plantea el interesante tema de que parar tener misericordia hay que saber mirar. cuenta la historia de Lilli y Aníbal, dos veteranos «sin techo» que duermen en las calles de Milán. La víspera de Navidad escuchan un sonido extraño que sale de un gran cubo de basura, se acercan y encuentran a un bebé en buen estado de salud. Deciden llevarlo al hospital infantil más cercano y allí son testigos de algo extraordinario: ni los doctores ni las enfermeras logran ver al niño. La pareja de indigentes acude entonces a un almacén abandonado donde malviven otros indigentes y allí, paradójicamente, el niño es visto por prácticamente todos. Una joven madre negra amamanta al bebe. Los pobres le hacen un lecho entre ellos y cuidan a la criatura que les trae una gran alegría. La película está protagonizada por auténticos indigentes y es una hermosa lección de fe y solidaridad.

El sacramento de la misericordia por excelencia es el de la reconciliación; también Francisco hace alusión diciendo que este sacramento “permite tocar con la mano la grandeza de la misericordia”, los confesores sean un verdadero signo de la misericordia del Padre”.

Varias veces la confesión ha llenado las pantallas de historias con una encomiable densidad humana.

  • La clásica Yo confieso (de Alfred Hitchcock. USA 1953) expresa desde el suspense el drama interior que vive un honrado sacerdote tras escuchar la confesión de un asesino que, aprovechándose del secreto de confesión, inculpa al confesor.
  • Algo semejante vive el sacerdote irlandés que acoge a un terrorista arrepentido en su comunidad parroquial en Requiem por los que van a morir (Mike Hodges. Reino Unido 1983).
  • En Pena de muerte (de Tim Robbins. USA 2005) una religiosa católica tiene que suplir a un sacerdote frío y legalista para manifestar el perdón de Dios a un asesino confeso y condenado a la inyección letal.
  • En Un Dios prohibido (de Pablo Moreno. España 2013) se nos cuenta cómo en plena guerra civil, los hjóvenes claretianos de Barbastro que iban a ser ejectados, encuentran en el sacramento de la reconciliación las fuerzas que necesitan para ir al petíbulo.
  • En Las manos (de Alejandro Doria. Argentina 2006) el sacerdote argentino Mario Pantaleo, con un cierto poder para diagnosticar y curar enfermedad con la imposición de manos, recurre al sacramento de la reconciliación para sanar y para ser sanado.
  • En un tono jovial y muy humano Prefiero el paraíso (de Giacomo Campiotti. Italia 2010) presenta la vida de san Felipe Neri, al que muestra confesando a grandes colas de fieles que encuentran en él una sencillez, comprensión y bondad lejos del rigorismo que asusta y distancia del Dios misericordioso.
  • Sorprende también la presencia de confesores en la filmografía de Clint Eastwood). En Gran Torino (USA 2008) un joven sacerdote anima al anciano Walt Kowalski, cegado por el odio y el racismo, a que se arrepienta de sus culpas. Walt, redime su odio ayudando a un joven oriental y termina con la confesión ante el sacerdote. En la oscarizada Millon Dolars Baby (USA 2004) el entrenador de boxeo Frankie Dunne acude a su confesor para pedir perdón por lo que va a hacer.

JOSAN MONTULL

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