Necesitamos curas…
En tiempos de crisis, de desamor, de exaltación de las divisiones… En tiempos de superficialidad, de corrupción, de culto al dinero, de vacío, de predicadores televisivos y de estrellas futbolísticas, en estos tiempos de escándalos sexuales y curias enfurecidas, de políticos irresponsables y populismos sospechosos… en tiempos donde parece que la profundidad está hibernada y la ternura en el letargo… En estos tiempos de chamanes, brujas, hechiceros, adivinos, gurús y mercaderes del espíritu. En estos tiempos que, mal que les pese a algunos, son tiempos de Dios, necesitamos curas.
– Necesitamos curas:
que compartan la vida de los enfermos
que acompañen a las familias
que quieran y no condenen a las familias que se han roto
que se esfuercen por comprender nuevos tipos de familia
que consuelen a los que sufren
que amen a los pobres
que escuchen a la gente
que acompañen y quieran de verdad a los jóvenes
que denuncien la injusticia
que acojan incondicionalmente a los emigrantes
que sonrían a los niños
que sepan estar junto a quien sufre
que bendigan a los ancianos
que jueguen y celebren la fiesta
que compartan la vida con la gente.
– Necesitamos curas
que prediquen el Evangelio
que presidan los sacramentos
que bauticen a los nuevos cristianos
que den la cara por las víctimas de la injusticia
que propongan alternativas al aborto y acompañen a las mujeres que han abortado
que alegren la vida de la gente
que acojan a los niños no amados
que siembren paz en todos los ambientes
que condenen el machismo y la violencia de género
que griten contra la guerra, la violencia y cualquier terrorismo
que sean signo de Vida en los Hospitales
que manifiesten un cariño especial por los deficientes físicos y síquicos.
– Necesitamos curas
que aporten alegría y optimismo a la Iglesia
que enseñen a los que no saben
que compartan el vino, la tapa y la alegría en los bares
que amen a la María de Nazaret y enseñen a amarla
que en nombre de Jesús perdonen los pecados
que en las cárceles no den a nadie por perdido
que lo dejen todo por los demás
– Necesitamos curas
que recen y enseñen a rezar
que bendigan la vida
que sepan reír y que se rían con la gente
que sepan llorar y que compartan el llanto
que animen la mortecina vida de los pueblos
que tiendan una mano a los toxicómanos
que ayuden a dar sentido a la vida de tantos hombres y mujeres
que celebren la presencia de Jesús en la Eucaristía
que estén entre la gente como uno más para que nos hagan siempre cercano a Jesús
-Necesitamos curas
que confíen en los jóvenes y crean en sus posibilidades
que sean alegres, esperanzados y optimistas
que pidan perdón cuando se equivocan
que sean pobres y compartan su pobreza
que crean en la cultura, la música, las artes
que tengan amigos
que dialoguen con creyentes de otras confesiones
que charlen francamente con ateos
que descubran a Dios entre la gente
Necesitamos curas, no como funcionarios de liturgias frías, sino como personas que vivan su existencia como una consagración,
que -como el pan- dejen que su vida sea tomada y bendecida por Dios, que rompan su vida por los demás, que la repartan como el pan.
que -como el vino- derramen su vida, para que la gente tenga esperanza y vida, la vida que viene de Dios.
Necesitamos curas que vivan, se desvivan y mueran, si es preciso, por la gente.

Josan Montull