Queridos amigos y amigas:
El pasado 5 de Junio la consejera de Educación, en nombre del Gobierno de Aragón, me otorgó la medalla de San José de Calasanz, el máximo galardón que el Gobierno aragonés le da a un educador.
Fuimos ocho los que recibimos este reconocimiento. Entre estas ocho personas, había quien había implementado un plan bilingüe, o quien había trabajado por la promoción del francés o por la evaluación educativa.
Me llenó de orgullo el motivo por el que me otorgaron este reconocimiento:
Por su vida entera dedicada al servicio de la educación integral de los jóvenes, especialmente de los más necesitados. Con el estilo salesiano de don Bosco, sus palabras acertadas, comprometidas y valientes, ha destacado «por su capacidad de sacar lo mejor de cada joven», logrando ser apreciado por todos y fomentando una «auténtica comunidad de aprendizaje basada en los valores del respeto y la cercanía
Quiero dar las gracias a todos mis hermanos salesianos, a los educadores y educadoras, a los profesores y profesoras, a los monitores y monitoras, a todos los compañeros con los que he compartido mi andadura educativa estos años.
Y quiero dar gracias a todos los chicos y chicas, a todos los adolescentes y jóvenes, especialmente los más vulnerables, que me han permitido acercarme con afecto al recinto sagrado de su historia y me han ayudado a ir descubriendo en ellos y con ellos el sentido de mi vida y el Misterio de Dios.
Vosotros me ayudáis a ser educador. Esta cruz también es vuestra.
Un abrazo.
Josan Montull (sdb)






(MINUTO 1h 09m)
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