El inconveniente

Amistades convenientes : EL INCONVENIENTE.

Dirección: Bernabé Rico (España 2020)

Reparto: Juana Acosta, Kiti Mánver, José Sacristán, Carlos Areces, Daniel Grao, Ana Fernández 

Guion: Bernabé Rico, Juan Carlos Rubio 

Fotografía: Rita Noriega

El cine español nos brinda más de una sorpresa ofreciendo filmes de una calidad encomiable. Tal es el caso de esta “El inconveniente”, comedia amable y esperanzadora que brinda al espectador una oportunidad de reflexionar desde la ternura sobre el tema de la soledad.

A Sara le ofrecen comprar la casa perfecta: espaciosa, muy luminosa y extremadamente barata. Tan solo tiene un pequeño inconveniente: Lola, la octogenaria dueña actual, vivirá en ella hasta que muera. Sara investiga sobre las enfermedades que tiene Lola y tiene la convicción de que es menos de dos años esa anciana con un carácter infernal habrá muerto y el piso será para ella sola. Por eso cree que es un buen negocio y decide comprar y esperar.

Sara es una triunfadora, guapa, resolutiva y con un carácter arisco y distante en el que busca sólo la eficacia en la relación con los demás. Lola es anárquica, desordenada, fumadora empedernida y bebedora de alcohol. En su balcón cultiva marihuana y prescinde de las formas correctas y educadas en la relación con otros.

Pero ambas tienen algo en común: la soledad. Cada una la esconde de una manera distinta, pero las dos están solas. Esa soledad compartida hará que pasen de la enemistad agresiva a la amistad incondicional. La relación explosiva entre las dos mujeres es el meollo de la película.

Estamos ante una película de actrices. Kiti Manver y Juana Acosta están inmensas. Los diálogos son chispeantes y frescos. Todos los registros interpretativos de las dos mujeres aparecen con una intensidad excelente. Ríen, gritan, se pelean, se abrazan, lloran… mientras van buceando en su propio interior para afrontar su pasado y reconciliarse consigo mismas y con los demás. 

Los actores masculinos están también sensacionales: José sacristán en su breve interpretación llena la pantalla con su profesionalidad inmensa. Pero el secundario Carlos Areces está fantástico y provoca la risa en cada una de sus apariciones, dando vida a un fracasado sin gracia al que esas mujeres dan más de una oportunidad.

En su primer largometraje, Bernabé Rico se inspira en la obra teatral del mismo título; el film tiene así la estructura -que no el lastre- de una obra pensada para las tablas.

“El inconveniente” es una comedia fresca y humana que nos da a conocer que las personas podemos ser difíciles, pero nunca somos un inconveniente para vivir en concordia.

JOSAN MONTULL

El padre

La extraordinaria dignidad del deterioro: EL PADRE

Dirección: Florian Zeller (Reino Unido 2020)

Reparto: Anthony Hopkins, Olivia Colman, Imogen Poots, Rufus Sewell, Olivia Williams  

Guion: Florian Zeller, Christopher Hampton 

Fotografía: Ben Smithard

El alzheimer ha sido un tema repetidas veces llevado al cine. Con diversos puntos de vista y desde distintos estilos, (drama, comedia, animación…) esta enfermedad ha suscitado el interés de muchos cineastas, que han sucumbido ante la fascinación que ejerce una patología que lleva a la distorsión de la realidad y a la desorientación total de los que la padecen y de sus seres queridos, incapaces de expresar el amor y de ser correspondidos.

“El padre” cuenta la historia de Anthony, un hombre de 80 años -mordaz, inteligente y divertido- que va enfermando de alzhéimer. A pesar del avance de la enfermedad, está decidido a vivir solo y se enfrenta permanentemente a su hija Anne, que le cuida con amor, mientras ésta observa cómo su padre comienza a separarse de la realidad. Ambos van buscando su propia orientación vital; Anthony, por su propia dolencia, Anne, por la atadura que le supone cuidar a su padre y no poder vivir su propia vida.

El dramaturgo Florian Zeller debuta en la dirección cinematográfica llevando a la pantalla su propia obra de teatro con el mismo título y lo hace de una manera admirable. Lo absolutamente genial de la propuesta es que sitúa la narración desde el punto de vista del enfermo. Así, el espectador se sumerge en la confusión y el infierno que va viviendo Anthony. Conforme avanza la película, el público se siente perdido en el laberíntico caos de este hombre e intenta recomponer el puzzle roto de realidades y alucinaciones para saber situarse. El visionado del film se convierte en una fascinante experiencia que angustia y hace partícipe al espectador del trastorno de Antony, que –sabemos- avanza inexorablemente y no tiene curación.

Con una planificación milimetrada y un guión sólido, “El padre” sigue con precisión los vericuetos laberínticos de la zozobra de Anthony y de la misma Anne descorazonada por no encontrar puntos de contacto con su padre y consigo misma. Las habitaciones, los muebles, la luz, la planificación, los personajes que van desfilando…todo contribuye a acercarse a la progresiva desorientación del anciano.

Y para todo esto, Zeller cuenta con la sublime interpretación de Antony Hopkins. Su personaje es un despliegue de sentimientos encontrados y afligidos interpretados magistralmente. Hopkins conmueve, emociona, irrita, desgarra; su actuación es absolutamente inolvidable. Acompaña a Hopkins, una estupenda Olivia Colman que encarna a la sufrida hija, con una mirada que refleja el amor, la inseguridad y el dolor ante su propio padre.

Los planos finales en los que Anthony se abraza a su enfermera, llorando, mientras le pregunta “Quién soy yo?” son de una dolorosa belleza que impacta, interroga y deja boquiabierto al espectador.

Estamos ante un film duro, desazonador y hermoso, un film que invita a reflexionar sobre la dignidad humana, el misterio de la persona, y el derecho a vivir con amor hasta el final, aunque uno no sea capaz de expresarlo ni de comprenderlo.

Una auténtica maravilla. Imprescindible.

Josan Montull

Sin amor

Retrato del vacío: SIN AMOR

Loveless (Rusia 2017)

Dirección: Andrey Zvyagintsev

Guión: Andrey Zvyagintsev, Oleg Negin

Reparto: Maryana Spivak, Aleksey Rozin,

Matvey Novikov, Marina Vasilyeva, Andris Keishs, Alexey Fateev

Fotografía: Mikhail Krichman

Duración: 128 Min.

 

La última película del realizador ruso Andrey Zvyagintsev fue nominada al óscar al mejor film de habla no inglesa. Si bien no alcanzó el premio, no dejó indiferente a nadie.

Asistimos a la historia de un matrimonio en descomposición que se maltratan sicológica y verbalmente de un modo cruelísimo. Él tiene una joven amante embarazada, preocupada de agradar a su madre en todo lo que hace. Ella tiene relaciones con un hombre acomodado, que vive en un ambiente suntuoso y es padre de una hija adolescente.

En la primera parte el film va presentando la vida de esta descomposición familiar; las discusiones, los gritos, los insultos y los reproches son oídos por el único hijo de ambos que, ahogado en lágrimas, ve cómo su vida es un estorbo para sus progenitores.

Mientras los padres se sumergen en un mundo vacío y egoísta, el niño llora escondido. A los mayores sólo les interesa su propio bienestar, sus relaciones sexuales, su deporte, su adición al móvil; no cabe duda, el hijo de 12 años se ha convertido en un obstáculo para sus apetencias hedonistas. La pareja se va degradando y el niño va sumiéndose en una dolorosa y silenciosa soledad difícilmente indescriptible.

Un día el niño se va de casa y no vuelve. La pareja tiene que unir sus fuerzas para intentar encontrar a su hijo. La policía y mediadores sociales van a ayudarles pero los padres tienen necesariamente que unirse para dar con el niño, que no aparece en ninguna parte.

En esa tensa búsqueda del hijo, los padres siguen siendo incapaces de reflexionar sobre sí mismos para encontrar qué es lo que han hecho mal; el egoísmo prevalece y ambos se echan la culpa el uno al otro cada vez que la búsqueda se hace infructuosa.

Zvyagintsev hace un relato demoledor del capitalismo inhumano que ha antepuesto el placer personal a la donación y el amor. La fotografía, opresiva y angustiosa, y la frialdad de la narración hacen de la película una obra difícil e incómoda de ver. A la vez que nos angustia la pérdida del hijo, crece un terrible rencor contra una pareja tan deplorable. Pero conforme va avanzando la narración, el espectador va tomando conciencia de que parejas así están muy cerca de nosotros.

Efectivamente, hemos ido creando una sociedad que, en aras de una pretendida libertad personal, ha convertido al amor en un estorbo para el propio crecimiento. En la exaltación de ese individualismo brutal, en la búsqueda de esa falta libertad egoísta está la raíz de todos los males en donde las víctimas suelen ser lo más vulnerables, los niños.

Los personajes van deambulando por paisajes fríos y por edificios abandonados que se convierten en símbolos de vidas vacías y existencias huecas. La calidad (que no calidez) de la fotografía es arrolladora y provoca una creciente desazón.

La película no deja indiferente, hace pensar; y hace pensar porque la historia es muy cercana. Vivimos tiempos en los que la familia, la entrega, la generosidad y el amor parecen expulsados de la vida ordinaria.

Los divorcios, las separaciones, los fracasos, la ausencia de compromiso, la violencia de género, la infidelidad, la superficialidad en las relaciones…van siendo características que definen una concepción de la vida que cada día nos está impregnado y que es presentada como moderna y progresista.

El mensaje de Zvyagintsev es terrible. Da igual la procedencia social, nos puede pasar a todos; si de la propia existencia se expulsa el amor, la vida se convierte en un deambular por paisajes vacíos en los que no se encuentra nada, ni tan siquiera a uno mismo, que necesariamente deja tras de sí víctimas inocentes, incapaces de ser reconocidas.

Dura, despiadada y difícil pero necesaria. Con una fuerza visual admirable, “Sin amor” es un retrato sombrío de una sociedad moralmente agonizante.

No hay duda, no amar es el infierno.

JOSAN MONTULL

Land of mine

Odio enterrado: LAND OF MINE

Dirección: Martin Zandvliet

Reparto: Mikkel Boe Folsgaard,

Joel Basman , Laura Bro ,

Louis Hofmann y Roland Møller

Nacionalidad: Dinamarca

Año: 2015 Duración: 100 min.

Guión: Martin Zandvliet

Fotografía: Camilla Hjelm

Música: Sune Martin

Si la Guerra siempre ha sido una fuente de inspiración inagotable para el cine, su tratamiento en la pantalla ha sido tomado desde muchas perspectivas. “Land of mine” es una obra interesantísima que explora la humanidad o inhumanidad de unos personajes marcados por el odio con la guerra a pesar de que ésta ya haya terminado.

El argumento está tomado de un hecho histórico. En Mayo de 1945 un grupo de soldados alemanes es conducido hasta una playa en la que hay miles de minas que han diseminado los nazis. En una situación de humillación total estos muchachos (algunos casi unos niños) son obligados a arañar la tierra de la playa para descubrir y desactivar las minas que encuentran; claro que en alguna ocasión la propia impericia de los chavales hace que sean víctimas de estas bombas y alcancen la muerte o la mutilación. Al mando de esta operación cargada de sadismo está el sargento Rasmusen, un hombre que siente un profundo odio a todos los alemanes tras haber sufrido cinco años de ocupación nazi en su país. La relación de este cruel soldado con los adolescentes que se juegan la vida desactivando las bombas que sus compatriotas han dejado constituye el eje de la película.

En su tercera película el director danés Martin Zandvliet hace una disección moral de sus personajes desde la primera escena: una columna de soldados alemanes son conducidos escoltados y rotos a un destino incierto. El sargento Rasmusen, que ve cómo uno de esos solados lleva una bandera danesa, se abalanza sobre él y le da una paliza sin piedad.

En la segunda escena aparecen los diez adolescentes encargados de desactivar las minas. La vida de esos chicos no le importa a nadie; no les ven como a personas, son puros instrumentos para desactivar bombas; si uno muere, se busca a otro; si uno queda mutilado, se le deja morir.

Pero en los ojos de esos adolescentes se refleja el miedo, la incertidumbre, la soledad y la impotencia de los vencidos. Son huérfanos de todo, no tienen a nadie, sólo tiene enemigos. Y ahí está el drama moral que nos muestra la película; la guerra lo ha cambiado todo. Nada que ver la ferocidad de Rasmusen con la civilizada y libre Dinamarca que soportó el horror de la ocupación alemana, nada que ver los adolescentes germanos con la crueldad de sus compatriotas nacionalsocialistas. Todo ha cambiado cambiado por la guerra, no hay buenos y malos, todos son víctimas del odio. Todo está preparado para que el rencor y la sed de venganza se ceben en unos críos del bando perdedor.

La relación de este sargento sediento de venganza con esos inofensivos críos va evolucionando. Las bofetadas y los castigos que infringe Rasmusen a los asustados chavales van dando lugar al diálogo y los detalles de carácter humano. Entre los adolescentes alemanes y el soldado danés habrá, a pesar de todo, una búsqueda de los resquicios de humanidad que queden en ellos y que la guerra no haya podido destruir del todo.

Desde el brillante arranque la película atrapa al espectador y le obliga a asistir a una dura reflexión sobre la inhumanidad y la inutilidad de los conflictos bélicos. El enemigo es un ser humano, nos dice el director, y si no hay intentos de reconciliación la guerra siempre se pierde, aunque se sea del bando vencedor.

Con un guión muy bien trabado y unas interpretaciones convincentes, “Land of mine” es una excelente película antibelicista, que defiende brillantemente la permanente búsqueda de la paz. Zandvliet nos ofrece un film apasionante, entretenido, tenso y profundo…un film que invita a mirar a los ojos a los seres humanos para buscar las brechas en la que asoma la bondad.

Josan Montull

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