Silencio

 

La Palabra era Dios. SILENCIO

Dirección: Martin Scorsese.silence-956498036-large

País: USA. Año: 2016.

Género:Drama.

Reparto: Liam Neeson, Andrew Garfield, Tadanobu Asano,

Adam Driver, Ciarán Hinds.

Guion: Jay Cockcs; basado en la novela “Chinmoku” (Silencio),de Shûsaku Endô

Si algo ha caracterizado el cine de Martin Scorsese es el ritmo frenético de muchas de sus obras. “Casino”, “Uno de los nuestros”, “El lobo de Wall Street”, por ejemplo, están marcadas por un montaje vertiginoso que atrapa al espectador en los primeros minutos y lo sacude hasta el final.

Con “Silencio”, Scorsese retoma el tema religioso tratado ya antes en “La última tentación de Cristo” y “Kundun” para ofrecernos una obra grandiosa, pausada, con un montaje lento que invita a una contemplación hiriente.

En la segunda mitad del siglo XVII, dos jóvenes sacerdotes jesuitas viajan voluntariamente a Japón en busca de un misionero que ha sido referente espiritual en sus vidas y que, tras ser perseguido y torturado, ha renunciado a su fe. Al llegar a Japón se encuentran con una comunidad cristiana acogedora y humilde que vive en la clandestinidad y es hostigada con agresividad. Ellos mismos vivirán el suplicio y la violencia con que los japoneses reciben a los cristianos.

A lo largo de todo el extenso film se van oyendo varias voces en off que rezan, se preguntan, manifiestan sentimientos…todas esas voces contrastan con el pesado silencio de Dios, que parece impasible ante el sufrimiento.

El problema del mal, presente siempre en la Teología, es presentado con toda la desnudez. ¿Es lógico creer en un Dios que calla ante del dolor de los que quieren serle fieles?, ¿Dios quiere una fidelidad que lleva a la muerte o se decanta por una apostasía que salva vidas? El joven padre Rodrigues vivirá un Getsemaní terrible en el hasta su figura atormentada irá pareciéndose a un Ecce Homo…sus preguntas angustiosas chocarán con el silencio de Dios.

Hoy sigue habiendo persecución contra los cristianos en muchos lugares; en nuestro mundo acomodado van llegando noticias e imágenes de la tortura, la cárcel y las ejecuciones que se siguen dando. A la vez que nos muestra la persecución, “Silencio” lleva a la pantalla la grandeza de los sacramentos, la fuerza del perdón y la autenticidad del seguimiento de Cristo. Para nuestro cristianismo, excesivamente burgués, domesticado e inofensivo, el film se Scorsese tiene que ser necesariamente una provocación.

No es un film para todos los paladares; su estilo espiritual y su tono intimista y profundo hacen que pueda ser saboreada fundamentalmente por personas con un afán de búsqueda interior.

Una película dolorosa, discursiva y reflexiva, una llamada a la reflexión sobre las consecuencias de la coherencia de la fe; una película cuyo visionado obliga a salir de la sala en silencio.

JOSAN MONTULL

Ben-Hur 2016

El perdón digital: BEN HUR 2016

Dirección: Timur Bekmambetov.

País: USA. Año:2016.

Duración: 116 min.

Reparto: Jack Huston, Morgan Freeman,

Toby Kebbell, Nazanin Boniadi,

Rodrigo Santoro, Sofia Black D’Elia,

Ayelet Zurer.

Guion: Keith Clarke y John Ridley;

basado en la novela de Lew Wallace

 

 

 

La hermosa historia de amistad, odio y reconciliación en la época de Jesús entre el noble judío Judah Ben Hur y su íntimo amigo romano Mesala había sido llevada seis veces al cine. Ahora el director kazajo Timur Bekmambetov acomete un nuevo remake (la séptima versión) y nos vuelve a presentar la clásica novela de Lewis Wallance amparándose en la tecnología digital para llegar al gran público.

 Judah Ben-Hur es un noble judío acusado de traición por su hermano adoptivo Messala, un oficial del ejército romano. Alejado de su familia, y condenado a galeras, Judah pasa cinco años alimentando el odio y la sed de venganza. Cuando regresa de incógnito a Jerusalén para cumplir sus oscuros deseos se encontrará con el mensaje de perdón de Jesús de Nazaret.

Este nuevo “Ben Hur” tiene aspectos que bien merecen su visionado. En primer lugar, la tecnología digital en la reconstrucción histórica y el realismo en los ambientes son magníficos. El espectador se ve sumido desde el principio en el siglo primero. La historia, hermosa, humana y atemporal está bien contada; cierto es que el guion tiene algún fallo narrativo y el relato se estanca en algún momento, pero la película se ve bien y entretiene.

El reproche fundamental que hay que hacer a este nuevo “Ben Hur” es la superficialidad en los personajes principales. Esto en una película de inspiración religiosa es ciertamente una laguna importante. Todos los sentimientos de amor y odio amasado en años de sufrimiento por una lado y de amistad y reconciliación por otro que tendrían que dar sentido a la historia no están bien resueltos; los personajes son absolutamente planos, más al servicio de la tecnología digital que de una interpretación que consiga emocionar al espectador. El trasfondo espiritual no aparece tan apenas. Ni Judá (Jack Huston), ni Mesala (Toby Kebbell) ni mucho menos el beduino protector de Judáh (un hueco Morgan Freeman) dotan de sentimiento a sus personajes que no consiguen conectar con el espectador en ningún momento.

Por el contrario la figura de Jesús (Rodrigo Santoro) es la mejor tratada en la película. En la versión de 1959, el personaje de Jesús tenía poquísimas apariciones y siempre de espaldas. En este film es sin duda el mejor personaje de la narración. Aparece en repetidas ocasiones, habla, tiene gestos contundentes y sus palabras saben a un Dios plenamente humano.

Será imposible no comparar esta película con la versión de William Wyller. En ella Charlton Heston y Stephen Boyd estaban ciertamente estupendos…En la versión del 59 la música de Miklós Rosza se convirtió en un clásico extraordinario que todos identificamos, en este remake la música es irrelevante.

Es curioso, una película con una tecnología avanzada va a tener siempre en contra el film de hace 57 años…Una y otra vez al ver este “Ben Hur” el espectador (aun los más jóvenes) recordarán la versión de Wyller…y compararán, irremediablemente compararán; en la comparación la versión antigua ganará por goleada a esta versión bienintencionada pero tal vez innecesaria.

Vayan a verla, eso sí, intenten no comparar y véanla como si ese argumento no lo hubieran conocido nunca. Entonces podrán disfrutar mucho de una historia de tolerancia religiosa, de amor, perdón y reconciliación bajo la sombra de la Cruz. Y contar una y otra vez esta aventura épica de amistad y redención sigue siendo necesario y plenamente actual.

JOSAN MONTULL

 

DIOS EN EL BANQUILLO

DIOS EN EL BANQUILLO

Casi no pude dar crédito a la noticia. La había escuchado somnoliento al levantarme, pero luego la prensa me la hizo llegar: Ernie Chambers, senador estadounidense, había denunciado a Dios por un sinfín de catástrofes en las que parece que Él hubiera tenido que actuar y no apareció.

A Dios le acusa el tal Chambers de las “nefastas catástrofes” que éste ha causado en el mundo. Y lo peor no es eso, sino que un juez de ese Estado admitió la demanda a trámite el pasado 14 de septiembre. Así que, si siguen los cauces estrictamente democráticos, tendremos que ver al acusado sentado en el banquillo –no sé si esposado o no- escuchando las acusaciones que el fiscal, en nombre del señor Chambers, le va a ir haciendo.

En estas circunstancias, no sé si alguien se atreverá a defender a Dios, porque si a un abogado, de oficio o no, el caso se le fuera de las manos, sufriría un descrédito terrible.

El caso es que el senador en cuestión cobra una pasta por hacer su trabajo y, consecuentemente, por denunciar a Dios. Al parecer pretende hacer una toma de conciencia de un algo que no entiendo, pero en todo caso, el senador por denunciar, cobra y por acusar, se lleva unos notables dividendos.

Un servidor, que empieza ya a tener una cierta edad que me lleva a ver el mundo con ironía y benevolencia, en parte se alegra de este desatino. Y lo hago por tres motivos que, respetuosa y brevemente, paso a exponer.

  1.  La política de los Estados Unidos es algo surrealista. Los últimos presidentes han dado qué hablar. Así vimos a un actor de películas de serie B llegando a la presidencia del país y defender el orden internacional, protegiendo el emirato de Kuwait y asegurándose una posición estratégica envidiable en el Oriente Medio. Su sucesor anduvo en líos de faldas cuando una becaria, posteriormente famosa, le hizo una serie de favores que la promocionaron en la prensa. En el mismo tiempo en que la becaria se trabajaba al presidente, el ejército de su país bombardeaba por error una escuela en Sudán y provocaba una escabechina terrible, pero, ocupados como estaban los medios en el rollo del despacho oval, casi nadie dijo nada. Ahora el actual presidente lleva a cabo una cruzada multimillonaria contra el terrorismo internacional, haciendo infantiles los argumentos bélicos de su padre. Paradójicamente, y según dice, Dios es su garante. Así que, tal y como están sus jefes, no me extraña que ahora un senador le ponga a Dios una denuncia.
  2.  Por otra arte, como cristiano que soy, creo que Dios ya ha estado en el banquillo. Fue en el asunto de Jesús de Nazaret, ¿lo recuerdan?. Pasó haciendo el bien, anunciando que el ser humano está llamado a vivir con la dignidad de saberse hijo de Dios, independientemente de su raza o condición, y por eso le detuvieron y le machacaron a golpes e ignominias en un juicio miserable. Al final, el poder imperial más fuerte del momento le condenó a la muerte. Ni tan siquiera murió sólo, heroicamente. Tuvo que compartir patíbulo con dos pobres desgraciados a los que les dio consuelo y aliento en aquel final tan triste.
  3.  El mismo Jesús se había identificado de tal modo con Dios, que dijo que en los hambrientos, pobres y marginados él estaba presente. Es más, dijo que el mismo Dios Altísimo se encontraba misteriosamente vivo en la vida de todos los excluidos, de tal manera que tratar bien o mal a alguno de los que sufrían era tratarle bien o mal a Él mismo.

Por eso creo que a Dios hace tiempo lo han sentado en el banquillo; en las cárceles, en las vidas sesgadas por el terrorismo y por las guerras para defendernos del terrorismo, en Guantánamo, en los hijos de la droga, en los enfermos de SIDA, en las prostitutas que se arrastran sin amor, en los cayucos y pateras, en la antigua Birmania, en las cárceles, en los chavales sin familia, en los que mueren de hambre, en las mujeres maltratadas, en los niños soldado, en los alcohólicos, en los ancianos que no son queridos, en los jóvenes manipulados, en los dolidos por cualquier causa, en tantas y tantas personas que ven cómo sus vidas son condenadas a la exclusión en nombre de Dios, de la libertad, o de vete tú a saber qué.

Así que no me extraña que ahora Dios Nuestro Señor, al que creo Juez de vivos y muertos, se siente delante de un tribunal para ser enjuiciado. No sé yo cuál podrá ser la sentencia, pero -visto cómo van las cosas- no me extrañaría que lo encerraran en una prisión de máxima seguridad por ser un peligro público.

JOSAN MONTULL