DISCURSO DE ODIO EN EL ALTAR

A principios de verano una cómica vasca hizo un monólogo en la iglesia de Arberatze. Este espectáculo comenzaba con la salida de la artista desde la sacristía y, de un salto, se ponía sobre el altar. Allí simuló una masturbación en la que usó un crucifijo que luego tiró mientras era tímidamente jaleada por los espectadores. En su red social X escribía “Ayer di un gran monólogo en el festi Euskal Herria Zuzenean. En una iglesia sin desacralizar 200 personas hicimos tambalear los cimientos del catolicismo a carcajada limpia. Mancillamos, blasfemamos y denunciamos los abusos sexuales de la iglesia.”

Días después, tras la cruel paliza de un magrebí a un hombre de Torre Pacheco, se desató una persecución brutal y violenta contra todos los emigrantes de esta localidad murciana. Jaleado por colectivos políticos extremistas, se impuso la caza al “moro” y los discursos racistas, encendidos de odio, animaron esta villanía horrenda. Adolescentes y niños magrebíes huían de la ferocidad racista de cientos de agresores venidos de otros rincones de España y Europa.

Entre las personas que vivieron el miedo a salir a la calle fueron las monjas Reparadoras del Sagrado Corazón, una comunidad religiosa dedicada a enseñar español a inmigrantes y a gestionar un economato creado por ellas mismas en el que, …a precios muy bajos, personas en situación de vulnerabilidad, en su mayoría familias con menores a cargo, puede comprar bienes de primera necesidad. La calidad humana de estas hermanas es más que reconocida y son queridas entrañablemente por la población autóctona e inmigrada.

Por otra parte, en la noche del 12 de Julio unos desconocidos prendieron fuego a la mezquita de Piera que iba a ser inaugurada pocas horas después. Las llamas acabaron con aquel centro de culto destinado a ser usado por la población islámica en sus encuentros y oraciones.

La parroquia de la localidad manifestó su repulsa total ante este hecho racista y manifestó la solidaridad con sus vecinos musulmanes. El obispo Xabier Gómez denunció estos actos xenófobos y ha reafirmó el compromiso de la Iglesia para trabajar en favor de “la cultura del encuentro y la paz y se pone al servicio de la comunidad musulmana de Piera para lo que pueda necesitar en estos momentos tras estos ataques que repudiamos”.

Días después la única parroquia católica que resistía en Gaza fue bombardeada y tiroteada por el ejército israelí. En el ataque murieron tres personas; además el párroco, el argentino Gabriel Romanelli, fue herido en una pierna. La parroquia era lugar de refugio físico y espiritual de cientos de gazatíes. Desde que empezó la guerra, el padre Romanelli se negó a abandonar Gaza y reafirmó su compromiso de vivir fraternalmente junto a los habitantes de la Franja. Cada día a las ocho de la tarde le hacía una vídeo llamada su compatriota, el papa Francisco, que se interesaba por su misión y su salud.

Todos estos acontecimientos ocurrían en los últimos 30 días. Por eso permítanme que exprese mi sorpresa por la actuación de la ¿cómica? en su monólogo obsceno sobre un altar en la iglesia de Arberatze. Su monólogo es, como las soflamas racistas de algunos de algunos colectivos, un discurso de odio, una incitación al desprecio y la agresividad. Profanar groseramente un templo, poniendo como excusa la pederastia de algunos eclesiásticos, es una generalización tan mezquina como acusar a todos los inmigrantes de dar palizas a los ancianos. No es arte, no es provocación, no es una performance inteligente, es el odio puro y duro, disfrazado de política o de espectáculo pretenciosamente rompedor. Lejos de ser un gesto revolucionario e innovador, es una ofensa grave a los pobres y oprimidos, es de nuevo el discurso de odio. Es el mismo odio que impide reconocer la bondad de una iglesia que apuesta por los pobres, los inmigrados, los vulnerables y los indefensos, independientemente de cuál sea su credo o su raza. Una iglesia que celebra en la eucaristía la muerte en cruz del inocente Jesús, víctima del discurso del odio religioso. Una iglesia que encuentra su fuerza y su sentido en la eucaristía, que alienta el compromiso por los pobres de las religiosas de Torre Pacheco, de la comunidad cristiana de Piera, del padre Romanelli en la desangrada Gaza. Una iglesia, en fin, que celebra este acontecimiento … en un altar.

El P. Romanelli, en las inmediaciones de su parroquia ADN Celam

JOSAN MONTULL

Mediterráneo

Brazos abiertos: Mediterráneo

Dirección: Marcel Barrena (2021)

Guion: Danielle Schleif. Historia: Marcel Barrena, Óscar Camps

Música: Arnau Bataller

Fotografía: Kiko de la Rica

Reparto: Eduard Fernández, Dani Rovira, Anna Castillo, Sergi López, Àlex Monner…

El 2 de Septiembre de 2015 en una playa turca apareció el cuerpo sin vida de Aylan Kurdi, un niño sirio de menos de cinco años que murió ahogado junto a su familia cuando huían de la guerra y buscaban encontrar asilo en Europa. Sólo consiguió salvar la vida su padre, Abdullah.

Cuando apareció su cuerpecito, boca abajo, contra la arena de la playa, Aylan vestía un pantalón corto de color azul, una camiseta roja y unas sencillas zapatillas.

La fotografía estremeció al mundo y conmovió muchas conciencias. El socorrista Óscar Camps, de Badalona, al ver la fotografía sintió una llamada a ir a las costas griegas para salvar a los inmigrantes que intentaban atravesar el mar buscando la supervivencia.

La película narra la vocación secular y solidaria de este hombre, que fundó la ONG “Proactiva Open arms” para abrir los brazos a los refugiados, que zozobraban en el Mediterráneo en abocados a la muerte.

El film entretiene y estremece porque el tema es real e incómodo. Si bien no consigue ahondar en la vocación solidaria de este hombre, sí que aparecen bien reflejados los problemas que conlleva una opción tan provocativa. Conforme van avanzando en esta vocación, estos héroes tienen que enfrentarse con sus propios demonios y miedos para seguir adelante.

Eduard Fernández da vida al carismático Óscar Camps, bien secundado por Anna Castillo, Dani Rovira y Sergi López.

Bien rodada, la película provoca e invita a hacerse muchas preguntas: ¿es justo dejar a las personas en el mar?, ¿podemos acoger a todos?, ¿no tiene que buscar Europa soluciones humanas a este drama?, ¿no está generando la misma Europa este aluvión de miseria?…

Mientras el espectador se hace estas preguntas, nuestras “socorristas” no se detienen, no hay tiempo para interrogantes y respuestas, la urgencia es salvar vidas. Hay que echarse al mar, una y otra vez para sacar del agua a personas que, como el pequeño, Aylan, sólo quieren sobrevivir.

Hay que verla.

JOSAN MONTULL

MANIFIESTO POR LA PAZ EN UKRANIA

Hoy quiero en esta página dar la voz a niños y niñas, jóvenes, familias, docentes y personal de administración y servicios que en las obras salesianas de Monzón y Huesca han aplaudido este manifiesto redacté precipitadamente horas antes de ser leído y que compartí con varios amigos que aportaron alguna sugerencia.

En la madrugada del pasado 24 de Febrero fuerzas militares rusas comenzaron a bombardear un país soberano, Ukrania, invadiendo su suelo y desatando una guerra de consecuencias imprevisibles.

La inmensa mayoría de los países condenaron de inmediato este acto que supone una violación gravísima del derecho internacional y de los más elementales derechos humanos.

El papa Francisco pidió el domingo «que las armas callen» en Ucrania, y llamó también a la apertura «urgente» de «corredores humanitarios» para los refugiados que huyen ante la invasión rusa.

Las diferencias entre países deben darse «en el marco de la Carta de las Naciones Unidas, que aboga por las vías pacíficas y diplomáticas»,

Por eso, los que formamos nuestra comunidad educativa queremos manifestar lo siguiente:

  • Rechazamos la guerra porque es el mayor obstáculo para la convivencia entre los seres humanos. Cuando la persona hace uso de la fuerza es que sabe que no tiene razón y se siente débil.
  • Rechazamos la guerra, porque tiene su origen en la cobardía. Los cobardes no dialogan, agreden y atemorizan.
  • Rechazamos la guerra porque ha sido y es históricamente ineficaz. A lo largo de la historia han muerto en las guerras muchas personas, pero son pocas las que han quedado convencidas en la derrota, las que han renunciado a su religión, su lengua o su libertad.
  • Queremos ser constructores de paz, creemos que la paz es posible, la debemos construir entre todos y nos comprometemos a no cruzarnos de brazos y a unir nuestras manos, diversas y unidas, para colaborar en la transformación de este mundo para que la violencia vaya desapareciendo.
  • Creemos que estamos todos llamados a la convivencia y a la Paz. Creemos que los hombres y mujeres de Ukrania y los hombres y mujeres de Rusia son hermanos y han vivido como hermanos. Aunque la guerra organizada por oscuros intereses quiera dividirlos, seguirán siendo hermanos.
  • “La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan”. Erich Hartmann.

Queremos una Ukrania libre y en paz.

No a la guerra.

JOSAN MONTULL

1917

1917 : Apabullante espectáculo

Dirección: Sam Mendes

Guion: Sam Mendes, Krysty Wilson-Cairns

Música: Thomas Newman

Fotografía: Roger Deakins

Reparto: George MacKay, Dean-Charles Chapman,  Benedict Cumberbatch, Colin Firth,

País: Reino Unido 2019

La guerra ha sido uno de los temas más veces llevado a la pantalla. Como epopeya al servicio de los vencedores, como comedia satírica, o como reflejo del drama humano que comporta, los conflictos bélicos han servido de inspiración para muchos cineastas que han dejado obras interesantes.

Nos llega ahora 1917, de Sam Mendes, un espectacular film que cuenta la historia de dos jóvenes soldados Blake (Dean-Charles Chapman) y Schofield (George MacKay) que, en plena primera Guerra Mundial, reciben la orden de entregar un mensaje a sus compatriotas para evitar que ataquen puesto que ignoran la trampa que les han tendido los soldados enemigos. Si el aviso, aparentemente imposible, llega a buen término en el tiempo previsto, se evitará la muerte de cientos de soldados, entre ellos el propio hermano de Blake.

El film comienza con un plano de los dos soldados hablando relajadamente, mientras están tumbados en un paisaje idílico. Pero su tranquilidad es interrumpida por el un soldado que les requiere a un encuentro con uno de sus mandos. Los dos amigos se levantan y la cámara les sigue. Ese seguimiento se va a prolongar a lo largo de toda la película, que está construido con un único plano secuencia.

La utilización de este recurso nos sitúa en la misma piel de los dos solados, nos hace participar de su misión, recorrer con angustia y rapidez los terrenos más terribles: las trincheras, los túneles, los campos abiertos, las ciudades en ruinas, los ríos, las hileras de cadáveres…

La película es de un virtuosismo técnico espectacular. La cámara persigue a los protagonistas por lugares inverosímiles y hace que el espectador se sumerja en la guerra desde dentro, como un soldado más.

El barro, la sangre, la suciedad, el horror, la muerte…todo va desfilando ante los ojos atónitos de los soldados –y del espectador- que corren y corren sin tiempo para reflexionar sobre todo lo que ven. Sólo vale la rapidez, el llegar al destino.

La potencia visual de la película es extraordinaria. Arropado con la música de Thomas Newman, Mendes ofrece un apabullante espectáculo que sacude y conmueve al espectador El director no pretende epatar con efectos especiales notables sino hacernos partícipes de una experiencia tan vertiginosa como angustiosa.

Estamos, además, ante un film muy humano. No hay héroes, ni tan siquiera valientes… los soldados son buena gente, con miedos y esperanzas, sumergidos en el horror, que huyen de la muerte que les va cercando.

Varios actores consagrados hacen pequeños cameos con una profesionalidad encomiable (Benedict Cumberbatch, Colin Firth), pero los dos jóvenes protagonistas George MacKay, Dean-Charles Chapman, brillan con luz propia, proyectando toda una serie de sentimientos estremecedores y demostrando una forma física excelente.

1917 es cine con mayúsculas, una obra absolutamente excelente, imprescindible y hasta histórica.

No es sólo una película sobre la guerra…es una película sobre el cine. Extraordinaria.

JOSAN MONTULL