LA NAVIDAD EUROPEA

Ha ocurrido recientemente, un documento interno de la Comunidad Europea recomendaba felicitar las fiestas, no la Navidad para «ilustrar la diversidad cultural de Europa y destacar la naturaleza inclusiva de la Comisión Europea con respecto a todos los modos de vida y creencias de los ciudadanos europeos”.

Al final, en un ataque de sentido común, retiraron tal propuesta diciendo que no estaba todavía madura.

Hay en muchos ambientes una desconfianza radical con todo lo que tenga un carácter cristiano. A algunos les da una especie de sarpullido de purismo legalista que les lleva a arrinconar el hecho cristiano a una experiencia puramente personal.

No sé si hay una inquina religiosa detrás de estos hechos, lo que sí hay es una incultura espectacular que pone en duda las raíces cristianas de Europa. Se les pone a algunos la piel muy fina para reconocer con sencillez y agradecimiento que en Europa nuestra cultura es mayoritariamente de origen cristiano. Es más, una de las teorías que explican el sentido del diseño de la bandera europea lao relacionan directamente con la Virgen María: las doce estrellas y el color azul siempre se han utilizado para representar a la madre de Jesús. Otros hablan de la perfección del número 12 y su significado bíblico de comunidad y elección.

Puestos a obviar lo cristiano, para no ofender a nadie, habría que cambiar la cronología, porque los años de nuestra cuenta son los que han pasado después del nacimiento de Cristo. Habría que prescindir de obras de arte de los grandes pintores y escultores, relegándolas a las sacristías. Así, los Cristos de Velázquez, de Dali, o del Greco deberían verse únicamente en las sacristías de las iglesias. Urgiría declarar políticamente incorrecto el Réquiem de Mozart, la misa de Beethoven o La pasión según san Mateo de Bach, por ejemplo. Habría que prohibir el cine de Bergman, de Dreyer, de Passolini y de todos los que se han interrogado artísticamente sobre la fe cristiana. Sería necesario cambiar el himno de Europa, la novena sinfonía de Beethoven porque –según el estudioso melómano Matías Rivas- tiene “…esencialmente una concepción de la música como «lenguaje metafísico» capaz de expresar lo inefable y lo Absoluto”.

Esa intención de la comunidad europea es sencillamente sonrojante. Deberíamos por ello preguntarnos cuánto cobra la persona que ideó la propuesta. Mientras en la frontera de Polonia miles de refugiados se agolpan para entrar en Europa, ideas como la de felicitar las fiestas en lugar de felicitar la Navidad son una auténtica vergüenza…una vergüenza que ofende a los pobres. Una vergüenza que ruboriza a Europa.

Por eso en estas fechas pongo mis ojos en la humildad de un establo de Belén… en el que una joven pareja tiene un hijo ante la indiferencia de los poderosos y la solidaridad sencilla de los pobres. Esa joven pareja y el bebé recién nacido no van a poder volver a casa, tendrán que huir y se convertirán en refugiados apátridas en un país rico, de otra cultura, religión y raza para escapar de la persecución gubernamental. Y, al poner mis ojos en ese estallido de misericordia que, al mirarlo, nos hace más humanos, permitan que, con la cabeza bien alta, les diga: FELIZ NAVIDAD.

JOSAN MONTULL

EL BAILE Y EL DEAN

La que se lió. El vídeo (de una realización impecable) de los artistas C.Tangana y Nathy Peluso rodado en la catedral de Toledo provocó un escándalo morrocotudo.

En el vídeo –titulado ATEO- los dos artistas cantan y bailan con coreografías que destilan sensualidad, provocación y erotismo. El texto de la canción va repitiendo “Yo era ateo, pero ahora creo Porque un milagro como tú Ha tenido que bajar del cielo…”

La factura técnica de la grabación es impecable. La fotografía, los contrastes visuales, los movimientos de cámara, la angulación, el tratamiento de la luz…todo está muy bien. El contraste de la danza (en la que los artistas perrean) con la imagen seria de la Catedral llama la atención. También en la realización se juega con la frescura de los cuerpos de los jóvenes, contrastándolos con los rostros –entre circunspectos y curiosos- de los eclesiásticos que miran atónitos a los bailarines.

Ciertamente el efecto consigue epatar y llamar la atención.

Y se desató el escándalo. Muchos cristianos se sintieron ofendidos de que en un lugar tan emblemático se hubiera podido rodar este vídeo por el que la productora pagó 15.000€ a la catedral.

Cristianos indignados ante lo que consideraron una burla blasfema organizaron un acto de desagravio para “purificar” la profanada catedral. El deán, que había permitido el rodaje, anunció su dimisión irrevocable, los artistas protagonistas no salían de su asombro, y la productora vio con alegría cómo se multiplicaban las descargas del vídeo y, consiguientemente, sus beneficios gracias a una publicidad original.

Yo miro con una cierta ironía y una cierta pena este desaguisado. Ciertamente que una catedral, en la que tantas generaciones de cristianos han celebrado su fe, se convierta en el escenario de un rodaje de este tipo es difícilmente comprensible. Luego miro con asombro las imágenes del posterior acto de desagravio y me parecen extrañísimas, cuando no surrealistas. Pero confieso que no consigue indignarme ni el vídeo ni el acto de purificación posterior.

Pero todo esto no es nuevo. También es cierto que auténticas hordas de visitantes sedientos de fotos se pasean por edificios emblemáticos, dando gritos ataviados como si anduvieran por la playa, mientras se hacen selfies en medio de posturitas adolescentes y estúpidas. En ese sentido, pienso, muchas catedrales y lugares sagrados son profanados desde hace mucho tiempo por tipos que exhiben orgullosos una incultura supina y una zafiedad hortera auténticamente horripilante.

Lo que sí me preocupa es la lejanía que muchos sectores de la Iglesia viven con respecto a la cultura juvenil actual. Me parece de un buenismo casi ridículo dejar la catedral para rodar un vídeo de este cariz. Me parece patético que la persona que cedió la catedral desconociera quiénes son C.Tangana y Nathy Peluso. Bastaba con leer la prensa, C.Tangana había sido noticia este verano por publicar unas fotografías de contenido machista en la que aparecía rodeado de chicas en un yate. Nathy Peluso tiene un estilo musical en el que combina en Hip hop, reguetón y la salsa bailando new sexy style,que se caracteriza por utilizar movimientos sensuales y muy bien definidos para que el resultado sea una coreografía sexy y muy atrayente. Ambos, Tangana y Peluso, utilizan este estilo de baile en el vídeo de la catedral. Creo que los os son muy buenos artistas, pero no sé si su estilo era muy idóneo para un recinto sagrado Lo triste es que personas que custodian un bien religioso y cultural de esas características no tengan ni idea de manifestaciones artísticas actuales.

Todo esto me hace pensar dos cosas:

Hay una urgencia en la comunidad cristiana de acercase sin miedo ni condenas a los nuevos lenguajes culturales para conocerlos y discernir sobre ellos. Hay que leer, ver, hablar, saber, tener relación con personas que puedan darnos a conocer estilos que nos suelen ser desconocidos. Hay que dialogar con la cultura, la Iglesia siempre lo ha hecho, pero no se puede andar con el lirio en la mano para que nos cuelen espectáculos que no conocemos por pura ignorancia.

Por otra parte, como educadores, debemos hacer un serio esfuerzo por enseñar a los jóvenes a saber estar en los diversos ambientes. Entrar en un gimnasio, en una mezquita, en un teatro, en una catedral o en un museo, por poner varios ejemplos, comportan una manera de vestir y de comportase diferentes para situarse siempre en una actitud educada y respetuosa.

No estamos, pues, ante un problema de escándalo sino de cultura. No es un problema de profanación sino de educación.

Habrá que tomar buena nota.

JOSAN MONTULL

MENAS

Desde hace un tiempo en nuestro país se está hablando cada vez más de los MENAS. Las menas son los menores extranjeros no acompañados, mayoritariamente varones, que han llegado hasta nosotros huyendo de la violencia, la miseria y el miedo que han vivido en su tierra.  Hay decenas de miles en nuestro país y ciertamente no es fácil darles acogida, acompañamiento y futuro. Las diversas administraciones públicas están desbordadas por el número creciente de estos chavales que requieren muchos cuidados.

Por otra parte, cuando se demuestra que tienen 18 años y, por tanto, son mayores de edad, la Administración deja der tutorarlos y la calle suele ser el destino más frecuente.

Hay, además, una dificultad permanente en encontrar profesionales de la educación que quieran hacerse cargo de este colectivo tan vulnerable como difícil. Los educadores y educadoras se ven, con frecuencia, sobrepasados y sin recursos para afrontar las dificultades.

Los delitos cometidos por algunos de estos chicos han provocado un creciente rechazo social, alimentado por grupos políticos que utilizan lenguajes agresivos y xenófobos cuando se refieren a estas personas. El lanzamiento de una granada de mano al interior del patio de un Centro de Acogida ha disparado las alarmas.

Es ciertamente fácil caer en demagogias y populismos en este tema. No hay respuestas ni soluciones fáciles. Así que, frente a todo esto y sin pretender hilar fino, me hago las siguientes reflexiones:

  • No hay que perder de vista que estos jóvenes son víctimas, personas que lo han perdido todo, incluso a sus seres queridos, sin patria, sin recursos, sin familia, sin nada…personas con una soledad despiadada, con heridas profundas en su infancia y, por tanto, emocionalmente muy frágiles.
  • La gran mayoría de estos jóvenes tienen un comportamiento correcto y cívico. Hacer alusión sólo a los delitos que cometen es estigmatizarlos tendenciosa e inhumanamente. Extender el discurso del odio lleva a la radicalización virulenta e injusta de algunos sectores sociales. Claro que hay que penalizar los delitos que puedan cometer…lo mismo que hay que castigar de la misma manera las acciones delictivas del resto de jóvenes nacionales.
  • Hay que agradecer a tantos educadores, educadoras y a tantas personas voluntarias el afecto, la dedicación y la entrega que tienen para con estos chavales, aun disponiendo de pocos recursos y supliendo con afecto lo que la Administración no les da. Son, por otra parte, muchos los colectivos que acogen a los menas cuando ya son mayores de edad y vuelven al desamparo de la calle. Esta acogida les pone a veces al borde de la ilegalidad a personas solidarias y buenas. 
  • Y, finalmente, creo que hay que poner la mirada en otros menas, en los menores españoles no acompañados; en aquellos niños y niñas que no son amados, que tienen cosas pero no tienen afecto, que vagan de actividad en actividad de Tiempo Libre pero que no disfrutan del tiempo de su familia; de aquellos que son paseados por los juzgados, convertidos en arma arrojadiza de padres irresponsables, de aquellos que no tienen referencia de adultos responsables. Entre los nacidos en nuestro país, en familias aparentemente normales, están apareciendo muchos menores no acompañados, ni seguidos…ni queridos.

No sé cuál es la solución, es verdad. Lo que sí sé es que los menas son la punta del iceberg que muestra las consecuencias de un mundo que prefiere el dinero al amor. Sólo aportando recursos y afecto, podremos mirar a los ojos a estos chicos sin sonrojarnos por la verguenza.

JOSAN MONTULL

LO QUE DEBERÍA SER COMO EDUCADOR CRISTIANO…LO QUE REALMENTE SOY

Desde hace muchos años dedico mi vida a la educación de adolescentes y jóvenes. En un ambiente donde lo religioso aparece cada vez más irrelevante, soy consciente de que como educador creyente soy también educador de la fe. Creo que hay algunas cosas que debería hacer y ser para vivir como evangelizador. Empezaré por esto:

Lo que debería ser y hacer:

  • Ser testigo del evangelio en medio de un mundo roto donde existe en gran medida la explotación juvenil.
  • Aprovechar las situaciones concretas que se van viviendo para ayudar a revisar la vida desde el evangelio.
  • Fomentar mucho la relación personal con cada chico o chica ayudando a que cada uno de ellos se encuentre con el misterio de uno mismo (la mayoría de estos chicos no se conocen o se infravaloran, de ahí surgen muchas violencias).
  • Creer siempre que cada chico o chica, por más desajustados que estén, son portadores del misterio de Dios, teniendo presente que la acogida de los pequeños es una condición para entender el Reino de Dios. Todo esto comporta amarles por lo que son y por lo que pueden ser…amarles aunque no respondan a nuestras prupuestas.
  • Ser plenamente solidario con la vida de los jóvenes, tanto en los momentos de fiesta como en los de dolor, ayudando a darles sentido (las notas, la enfermedad, el conflicto con otros, los problemas en casa, la obtención de un título…).
  • Estar presente en medio de los jóvenes. Estar siempre alegre y sereno.
  • Ser yo mismo testigo claro de lo que quiero anunciar (No ser violento en mis formas, perdonar siempre, acoger siempre, animar siempre…).
  • Preferir las personas a las actividades y las instituciones por más que éstas estén al servicio de los pobres.
  • Ayudar a que entiendan la fiesta como celebración de la amistad, sustituyendo progresivamente el concepto de fiesta como ámbito donde colocarse y pasar de los demás.
  • Favorecer actividades colectivas en las que puedan experimentar el valor de hacer cosas por los demás (excursiones, teatro, experiencias de voluntariado, acampadas, trabajos…).
  • Denunciar la injusticia desde el evangelio (droga, explotación, falta de trabajo, marginación, homofobia, xenofobia, inmigración forzada, machismo…). Anunciar un estilo de vida basado en el amor.
  • Ser consciente de que soy hombre de Iglesia; por tanto, actuar no por cuenta propia sino sintiéndome enviado; eso implica, a su vez, sentirme enviado también en sentido inverso: desde los chavales a la Iglesia.
  • Reconocer que la diversa procedencia étnica, geográfica y religiosa que tenemos en nuestros ambientes es una posibilidad y una fuente de riqueza humana.
  • Trabajar siempre en grupo. Crear una comunidad de educadores ayudando a reflexionar, a la luz de la fe, las cosas que se van viviendo con los chavales.
  • Rezar, reconocer que sólo soy instrumento, no protagonista. Poner mi fragilidad en manos de Dios para que sea Él quien tome mi vida y la transforme para que yo pueda trasformar un poquito otras vidas.
  • Proponer a los que lo deseen iniciar un itinerario de fe en grupo, acercándoles a Jesús de Nazaret como referencia vital que da sentido a la vida.
  • Celebrar la fe y la eucaristía con aquellos que lo deseen con un lenguaje provocador y sencillo, con gestos que puedan ser leídos y entendidos por los chavales, aunque no sean muy oficialmente litúrgicos.
  • Actuar con la convicción de que todos los momentos, buenos o malos, que se viven con los jóvenes son relativos y hay que aprovecharlos todos para ir construyendo la educación. Los éxitos y los fracasos hay que valorarlos al cabo de mucho tiempo. Pedro negó tres veces y aquello no terminó en un fracaso.
  • Tener presente que Jesús de Nazaret ha roto la separación entre lo religioso y lo profano. El velo del Templo ha quedado rasgado. El encuentro con el Dios de Jesús no se da principalmente en ambientes piadosos sino en las periferias y con los excluidos (Mt 25).

Con todo lo dicho, queda claro que muchas veces no soy un buen educador cristiano porque con frecuencia:

  • Quiero imponer mi criterio y no me esfuerzo por entender que estos no son los de los chavales.
  • Quiero ir muy deprisa por lo que muchas veces pierdo la paciencia.
  • Tengo tantas cosas que hacer que con frecuencia paso al lado de los chavales sin darme cuenta del problema que tienen y que quieren compartir conmigo.
  • Convierto a veces la programación, la revisión, la evaluación el mucho papeleo en la excusa perfecta para alejarme de los jóvenes diciendo que no tengo tiempo.
  • Estoy en una tensión tal que me dificulta la acogida.
  • Tengo pereza en organizar cosas sencillas pero que llevan trabajo.
  • Me olvido de que soy persona de Iglesia. Me creo mejor que la Iglesia, ignorando que es ella la que me ha dado a conocer a Jesucristo y la que un día me presentó la vida de los jóvenes.
  • No acabo de descubrir que la vida de los chavales es un misterio que me ayuda a descubrir el Misterio y me interpela en mi fe y en mis convicciones. Cada joven es una Palabra de Dios para un educador cristiano.
  • Paso del grupo de educadores y voy por libre abusando de mi intuición y pidiendo que sean ellos los que vayan tras de mí.
  • Soy excesivamente apasionado y valoro sobremanera tanto los éxitos como los fracasos.
  • Tengo tantas cosas que hacer que me olvido de rezar.

Pero creo que, pese a todo, mi trabajo como educador cristiano tiene un sentido y me siento llamado por el señor Jesús a ser un humilde constructor del reino de Dios en medio de todos los chicos y chicas con los que convivo, de manera especial, con los más desfavorecidos y más necesitados.

JOSAN MONTULL