Sound of freedom (Sonido de libertad)

Sound of freedom: poniendo a un niño en medio de ellos….

Dirección: Alejandro Monterde (USA 2023)

Guión: Rod Barr, Alejandro Monteverde

Música: Javier Navarrete

Fotografía: Gorka Gómez Andreu

Reparto: Jim Caviezel, Mira Sorvino, Eduardo Verástegui, Gustavo Sánchez, Scott Haze.

Avalada por el éxito y la polémica, ha llegado a nuestras pantallas SOUND OF FREEDOM, una historia que narra la hazaña real de Tim Ballard, ex Agente de Seguridad Nacional de Estados Unidos que dejó su trabajo para dedicar su vida, sumergiéndose en el submundo del tráfico de niños a lo largo de Latinoamérica, a intentar salvar las vidas de cientos de niños.

El film comienza con un zoom de aproximación en una ciudad hondureña y llega hasta la habitación de una niña –Rocío- que está cantando. Pronto se nos presenta a su familia, a su padre y a su hermano. A los pocos minutos de proyección asistimos a la desesperación del padre al constatar que sus dos hijos han desaparecido víctimas de un secuestro.

Aparece entonces la figura de Tim Ballard, Timoteo, experto policía que se dedica a detener pedófilos. Son más de 200 detenciones las que ha llevado a cabo, sin embargo, no ha conseguido devolver ningún niño secuestrado. Cuando, finalmente, encuentra a un niño raptado (el hermano de Rocío) y lo devuelve a casa, Tim se compromete a buscar a su hermana y devolverla junto a los suyos. Este compromiso le transforma la vida por completo. Animado por su esposa, empieza una aventura frenética en la que el ya ex agente desciende a los infiernos de la pederastia para dar con el paradero de la cría.

En esta búsqueda angustiosa, la película va mostrándonos con gran delicadeza esos mundos diabólicos donde los niños son explotados y condenados a la esclavitud.

Asiste el espectador, atónito, a una historia terrible que es real y prácticamente ocultada ante la opinión pública.

Por otra parte, somos testigos de la transformación de Tim que, movido por su fe cristiana, lucha con todas sus fuerzas para sacar del horror a tantos niños. Los amigos que se acercan a ayudar a Tim, van comprometiéndose poco a poco en esa misión humanitaria tan arriesgada.

Cuando una niña rescatada se dirige a Tim diciéndole “Gracias por salvarme”, éste le contesta “No, tú me has salvado”. Ésta es la clave del film, no podemos mirar para otro lado, no podemos ser indiferentes al dolor cercano porque eso nos condena a nosotros mismos. Sólo podemos salvarnos nosotros si salvamos a otros.

Jim Caviezel encarna al héroe real de la historia. Al final de los rótulos de crédito, reaparece Caviezel en la pantalla y dice al espectador:

La trata de niños es un problema real. Hay millones de niños en el mundo que están siendo vendidos y abusados. Podemos hacer algo para ayudar. Podemos donar a organizaciones que trabajan para combatir la trata de niños. Podemos educarnos sobre el tema. Y podemos hablar con nuestros amigos y familiares sobre la importancia de proteger a los niños”.

Ésta es la época de la historia en la que existe un mayor número de esclavos; más, incluso, que cuando esta abyecta actividad era legal.

Con una factura técnica estupenda y una narración sobrecogedora, “Sound of freedom” es una buena película que hay que ver, desprovistos de cualquier maniqueísmo ideológico. Es una llamada a construir una sociedad en la que haya más amor, en la que podamos aguzar el oído para escuchar el “sonido de la libertad”.

JOSAN MONTULL

EL NUMERITO DE LA VIRGEN DEL ROCÍO

Hace unos años visité la ermita del Rocío. Me impresionó la belleza del paisaje, la magnificencia del templo alfombrado por la arena de la playa en el suelo que traían los pies de los peregrinos y de los que se acercaban al interior del Templo.

Me senté a rezar un poco. Al cabo de unos minutos entraron una veintena de chicos y chicas de unos 20 años. Dos de ellos llevaban guitarras y otro, una caja flamenca modo e mochila. Se colocaron delante de la reja de la Virgen y empezaron a cantar y tocar -de una manera magnifica- la Salve Rociera. Todos estábamos impresionados. Al terminar prorrumpieron en aplausos y se abrazaron entre lágrimas.

También yo me emocioné. A pesar de no conocerles de nada, me acerqué a los chavales y me contaron que la madre de uno de ellos había sido operada con éxito y todos sus amigos, le acompañaban para darle gracias a Dios a través de la Virgen por la recuperación de la salud de la madre del compañero.

Me pareció una maravilla que apoyaran, desde una fe popular y sencilla, al amigo para bendecir a Dios por la vida de la madre enferma. No sé si eran jóvenes practicantes, muy religiosos o no, pero de lo que no cabía duda es que era chavales sencillos, buenos amigos que bendecían al Dios de la vida, con una profundidad y un sentimiento extraordinarios.

Siempre es así. La madre de Jesús extiende sus brazos maternales a millones y millones de personas que la invocan en la dificultad y la alaban en la alegría.

Hace unos días en un pretendido programa cómico de una televisión pública se hizo un sketch que protagonizaba la Virgen del Rocío. El numerito, sin ninguna gracia y con un mal gusto de libro, era un conjunto de obscenidades chabacanas, groseras y bastas, en las que se insultaba a María de Nazaret y se hacía burla y escarnio manifiestos a los cristianos que amamos a la Virgen.

Recordé enseguida el impacto que produjeron en mí aquellos jóvenes que, años antes, en el Rocío, estrechaban sus lazos de amistad antes la Virgen. Tuve la sensación que, desde la televisión, les estaban ofendiendo entre risotadas.

Esgrimían los… ¿cómicos? que la libertad de expresión era eso, poder decir lo que uno quiera en donde quiera. Pues no, disiento totalmente. Cuando, amparándose en la libertad de expresión, se insulta a la gente sencilla y se lanzan burlas, desde una superioridad mediática, a los más humildes, esa pretendida libertad se convierte en un grosero ejercicio de dictadura. Es como si se nos dijera que los ricos pueden burlarse de los pobres cuando les apetezca porque existe la libertad de expresión.

Claro que lo que a mí más me ofende y escandaliza es que se pisoteen los derechos de los hijos más pobres de la Virgen: de los refugiados, los sin techo, las víctimas, los menas, todos los que sufren … pero también me desagrada esa parodia televisiva porque esos pretendidos chistes, de una zafiedad impresentable, no tienen nada de ironía, son –simplemente- un desprecio a los más humildes (sean de las convicciones que sean), gracias vomitivas que engendran división, rencor y repugnancia… porque se ataca a los sentimientos más profundos de gentes sencillas.

Sólo los tiranos pisotean las convicciones de las clases populares. Así es como yo veo el numerito televisivo de la Virgen del Rocío: como un acto de tiranía chulesca contra los humildes; un acto de tiranía ejercido por señoritos burgueses bien pagados desde sus cortijos televisivos.

JOSAN MONTULL

DIARIO DE ALMERÍA La Hermandad del Rocío prepara su XXVIII Camino Joven a la aldea 28/08/2019

El pan de la guerra

Una flor en el inferno: EL PAN DE LA GUERRA

Dirección: Nora Twomey

Guión: Anita Doron, Deborah Ellis. Libro: Deborah Ellis

Música: Jeff Danna, Mychael Danna

Género: Animación

País: Irlanda 2017

Los recientes y tristes acontecimientos de Afganistán me invitan a revisar un film que, a pesar de tener cuatro años, reviste una penosa actualidad.

Parvana es una chica de once años que vive en la capital de Afganistán, Kabul, durante el periodo de dominio de los talibanes. Al ser su padre detenido, los miembros de la familia se quedan sin recursos y, debido a que las mujeres tienen prohibido ganar dinero, deciden transformar a Parvana en un chico para poder trabajar.

Estamos ante un film de animación. Normalmente hemos considerado la animación como cine mayoritariamente para un público infantil, pero no es ésta una película para niños, aunque esté protagonizado por unas niñas que deben luchar con ingenio y esfuerzo para sobrevivir en una sociedad violenta e inhumana, que considera a las mujeres como objetos sin ningún tipo de derecho.

En la sociedad talibán ser mujer es prácticamente un delito. Las mujeres son maltratadas y golpeadas. Obligadas a vestir el burka, tienen que pasar la mayor parte del tiempo en su casa. No pueden salir a la calle sin sus maridos y las bodas son forzadas, obligando a las chicas a casarse con personas a quienes no conocen, aunque sean unas niñas. Las fotos están prohibidas y cualquier atisbo de humanidad es reprimido. Por otra parte, los niños aprenden el odio hacia las niñas y las humillan y pegan en las calles.

En medio de este terror inhumano, Parvana debe disfrazarse de chico porque, como dice su amiga (también disfrazada de varón), “Cuando eres chico puedes ir donde quieras”

La animación es muy sencilla pero el estilo de los dibujos dota a la película de un halo poético en los diversos escenarios que presenta: las calles, con las casas semiderruidas y huellas de las balas en las paredes, la cárcel, la paupérrima vivienda –que es otra prisión para las mujeres-, el desierto… todo denota tristeza y desolación con una mirada conmovedora.

La inocencia de Parvana corre paralela a su tenacidad. Es valiente frente a todas las dificultades y nunca pierde la esperanza de reencontrar a su padre para entregarle la muleta que le facilite caminar teniendo la pierna amputada por la guerra.

Frente a este ambiente desazonador la narración de historias se convierte en una referencia educativa para evadirse, entender la vida y afrontarla con esperanza. El padre contaba la historia del país a Parvana y le explicaba que “Nuestro pueblo siempre ha contado historias…nuestra tierra ha tenido paz cuando los Imperios se olvidan de nosotros”.

La violencia no puede matar los sueños de los niños. El mar se convierte en una aspiración de libertad para la amiga de Parvana, cuyo único sueño es reencontrarse con su bondadoso padre y reunir a toda la familia, que ya había perdido a un hijo en circunstancias misteriosas.

Pero, en medio de este dolor infinito, la película deja lugar para la esperanza. Particularmente emotivo es el momento en que Parvana, disfrazada de niño, lee una carta a un buen hombre analfabeto, explicándole que su esposa ha muerto. El hombre aprende a escribir y acariciar el nombre de su esposa con una ternura hermosísima.

La película, bella y durísima, tiene una banda sonora magnífica en la que Jeff y Mychael Danna subrayan líricamente el dolor y la heroicidad que conviven en la narración.

“El pan de la guerra” se convierte así en un canto a la vida, a la dignidad humana, a la esperanza; una lección -en fin- de que el amor es más potente que las bombas porque, a pesar de todo, como dice la niña protagonista en medio de sus penalidades, “Somos una tierra cuyo mayor tesoro es su gente…Es la lluvia lo que hace crecer las flores, no los relámpagos”.

Tan bella como incómoda, tan perturbadora como necesaria.

JOSAN MONTULL

The Mauritanian

Elogio de la conciencia: THE MAURITANIAN

Dirección: Kevin Macdonald

Guion: Rory Haines, Sohrab Noshirvani, M.B. Traven. Libro: Mohamedou Ould Slahi

Música: Tom Hodge

Fotografía: Alwin H. Kuchler

Reparto: Tahar Rahim, Jodie Foster, Shailene Woodley, Benedict Cumberbatch.

Existen películas destinadas a golpear la conciencia del espectador, son películas cuyas imágenes y secuencias se nos quedan dentro, películas cuyos diálogos recordamos y repasamos porque tienen un contenido que trasciende al argumento de la misma. Cuando, además, la película cuenta un hecho histórico reciente, el espectador se siente interrogado y vuelve con frecuencia a reflexionar sobre el film.

Tal es el caso de “The mauritanian” (El mauritano) historia real de Mohamedou Ould Slahi (Rahim), capturado en Mauritania por el gobierno de los Estados Unidos y conducido a la prisión de Guantánamo donde vivió -malvivió- durante años sin cargos ni juicio. A lo largo de esos años Mohammedou fue sometido a vejaciones y torturas ignominiosas con el fin de arrancarle una confesión. Tras haber perdido toda esperanza, Slahi encontró aliados en la abogada defensora Nancy Hollander (Jodie Foster) y su asociada Teri Duncan (Shailene Woodley). Juntos se tuvieron que enfrentar a innumerables obstáculos en una búsqueda desesperada de justicia.

La película tiene un arranque extraordinario y muestra a los personajes poco a poco. La expectación que el director busca para presentar al terrorista sorprende al espectador que se encuentra son un hombre bueno, pacífico y religioso, incapaz de pensar mal de la justicia norteamericana.

A medida que la historia va avanzando, asistimos a la brutal deshumanización de los carceleros que contrastan con la aparente bondad del preso. ¿será un asesino?, ¿un miembro de Al Khaeda responsable del atentado de las Torres Gemelas?

El director, Kevin McDonald, muestra su oficio y construye una película sólida, dramática y profundamente humana. La pantalla se estrecha para mostrar las secuencias de tortura queriendo así manifestar la opresión que vive el reo y vuelve al ancho normal para presentar la vida en libertad. Las escenas de la investigación discurren con rapidez y tensión. Los encuentros de las abogadas con Mohammedou tienen un pulso narrativo estupendo.

A lo largo de la película asistimos a un proceso interesante: todos los que se acercan al presunto terrorista van sintiéndose interrogados sobre la moralidad de sus propios actos y van teniendo problemas de conciencia. Las abogadas van evolucionando y se implican humanamente en el caso; el militar Stuart Couch, abogado del estado que lleva la acusación contra el mauritano, hace objeción de conciencia desde su fe cristiana al ver lo que pasa en Guantánamo.

La película -sólida y contundente- emociona y conmueve. Las interpretaciones son sobresalientes, Jodie Fostert está impecable en su papel de tenaz abogada, los primeros planos de Benedict Cumberbatch consiguen transmitir todo el debate moral interior que vive este soldado. Tahar Rahim, dando vida al reo, es un auténtico descubrimiento, está sencillamente genial.

Concebida con un corte clásico, la película toca muchos temas, y todos los toca bien: la dignidad humana, el estado de derecho, la fe como motor de libertad, la objeción de conciencia…todo tratado con un montaje impactante y acompañado de una música excelente.

“The mauritanian” es una muy buena película. Ideal para verla de un tirón, hacer luego silencio, pensar y finalmente hablar de ella. Es sencillamente la conmovedora historia de un acusado que se convirtió en testigo.

PARA TRABAJAR EN GRUPO

  • Comenta la evolución de la conciencia de

Nancy

Terry

Stuart Couch

  • Comentad las siguientes frases:
  • Stuart Couch: Dios siempre nos recompensa; de una forma un otra, todo saldrá bien.
  • Nancy Hollander:  He descubierto por qué construyeron la base allí, no es para alejar a los detenidos de los tribunales… sino a los carceleros.
  • Mohamedou Ould Slahi: Mis captores no pueden perdonarme por algo que jamás he hecho pero yo intento perdonar, quiero perdonar porque eso es lo que Allah, mi Dios, quiere. Por eso y no guardo rencor a aquellos que me maltrataron, no señor. En árabe la palabra libertad y la palabra perdón se dicen igual, así es como incluso aquí puedo ser libre. Durante 8 años he estado soñando con estar en un tribunal y ahora que estoy aquí estoy muerto de miedo, pero espero encontrar la paz porque creo que este tribunal se rige por la ley, no por el miedo, así que cualquier cos que decida su señoría la aceptaré. Que Allah nos perdone y esté con nosotros.

JOSAN MONTULL