Una parábola de los talentos: FIGURAS OCULTAS

Hidden Figures (USA 2016). Director: Theodore Melfi
Guión: Allison Schroeder (Libro: Margot Lee Shetterly)
Música: Benjamin Wallfisch, Pharrell Williams, Hans Zimmer
Fotografía: Mandy Walker
Reparto: Taraji P. Henson, Octavia Spencer,
Janelle Monáe, Kevin Costner
De vez en cuando el cine nos regala historias estimulantes inspiradas en hechos reales que son retratos de superación personal en los que sus protagonistas, con un esfuerzo notable, logran triunfar a pesar de sus limitaciones.
Enfermos, huérfanos, extranjeros o excluidos suelen convertirse en protagonistas de estas edificantes narraciones.
En esta película la limitación de sus protagonistas no viene marcada por la enfermedad ni por la discapacitad sino por el sexo y la raza: son mujeres estadounidenses de raza negra que viven en los años 60. Todavía quedan en ese momento en el país arraigadas tradiciones disgregadoras: espacios, transportes, baños…diferentes para blancos y negros. Por otra parte la condición femenina acentúa la exclusión que viven nuestras tres protagonistas.
En plena guerra fría la URSS y Estado Unidos competían despiadadamente por llevar el hombre al espacio. Mientras los rusos llevan la delantera y el sentimiento americano queda herido, la NASA descubre que entre sus trabajadoras hay tres auténticos talentos ocultos: tres mujeres afroamericanas con un extraordinario don para las matemáticas que pondrán su esfuerzo e inteligencia al servicio de la causa espacial.
Basada en hechos reales, la película sigue la peripecia de estas tres mujeres –conocidas como “ordenadores vivientes” que comienzan a ascender desde la humildad y con su inteligencia extraordinaria tienen que calcular la órbita del lanzamiento del astronauta John Glenn y garantizar su regreso
Dorothy Vaughn, Mary Jackson, y Katherine Johnson superaron todas las dificultades que el ser mujeres negras les ocasionaba y trabajaron denodadamente para conseguir su sueño.
La película se ve con mucho agrado. El ritmo está muy dosificado; todo apunta a un final que necesariamente se intuye feliz. Hay en todo el metraje un afán moralizante y didáctico que, por más que sea previsible, se sigue con agrado. Pronto el espectador empatiza con la historia sencilla y heroica de estas tres amigas, valientes y luchadoras. Temas como la amistad, la familia, el sinsentido del racismo y la dimensión religiosa van apareciendo a lo largo del film. La lección queda clara, el racismo, nos dirá la película, perjudica tanto al que lo sufre como al que lo provoca; nos necesitamos todos, ignorar las cualidades de una persona porque es de otra raza implica no poderse beneficiar de ellas.
Hay una trama que bien recuerda la parábola de los talentos. No se puede enterrar el que se recibe, hay que ponerlo a producir. Estas tres mujeres negras se niegan a enterrar sus talentos, es más, luchan para que los blancos no se los entierren…y eso, a la larga, beneficiará a todos.
Las tres actrices están estupendas, también Kevin Costner da vida a un más que creíble hombre honesto y responsable.
Apropiada para verla en familia o con amigos y luego hablar largamente de ella. Llena de valores narrados con un cierto simplismo pero con eficacia. Pedagógica, simpática y divertida, “Figuras ocultas” es una película muy recomendable.
Los rótulos de crédito finales darán noticia de lo que fue de aquella mujeres, cuyos talentos ocultos, salieron a la luz para conquistar el espacio y la libertad.
JOSAN MONTULL

Con “El francotirador” Eastwood vuelve al cine bélico centrando su narración en la reciente guerra de Irak. Durante más de dos horas nos narra la historia de Chris Kyle, el francotirador más letal en Irak. Su única misión es proteger a sus compañeros de ejército de los combatientes enemigos. Con una precisión excelente en sus disparos consigue salvar la vida de muchos compañeros y amigos en el campo de batalla. Por otra parte, mientras él combate en Irak custodiando la vida de los soldados, su esposa y sus hijos ansían que vuelva a casa y sienten una absoluta falta de protección.
Eastwood muestra el sinsentido de la guerra al descubrimos que los afanes de Chris para rehacer su vida ayudando a víctima americanas de la guerra de Irak se ven truncados cuando un antiguo soldado, al que está ayudando, le mata fríamente. Así son las cosas, nos dirá el veterano director, nadie sale indemne de la guerra, todos son víctimas. El que dispara a un hombre siempre es otro hombre. No hay buenos y malos, no hay ganadores.
Título original: Amour.
Georges y Anne son dos profesores de música clásica jubilados. Ambos poseen una gran cultura y viven cómodamente su vejez entregados en común al disfrute de la música y a la entrega mutua. Su hija también se dedica a la música y vive fuera de Francia con su familia. Un día, Anne sufre un infarto. Tiene que ser operada y la operación sale mal. Al volver del hospital, un lado de su cuerpo está paralizado. El amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba.
Si el cine de Haneke, como antes decía, tiene una gran capacidad turbadora, en “Amor” hay una comunión con el público absoluta. Y es que los personajes del film son de un realismo abrumador. A todos nos ha tocado o nos va a tocar abordar el tema del deterioro físico y mental que conlleva la vejez. Probablemente nos tocará acompañar la ancianidad de los seres queridos. Haneke, que siempre en sus películas obliga al espectador a mirar donde no quiere mirar, muestra esta vez una realidad totalmente próxima pero con frecuencia oculta. Cambiar los pañales, acostar a la esposa inválida, dar de comer con paciencia, acariciar a la persona en apariencia insensible, bañar a un enfermo… se convierten en escenas que hay que contemplar con calma porque retratan la grandeza moral que se puede vivir en medio del desvalimiento.
Por eso el film es tan incómodo como tierno, tan duro como emocionante, porque en las figuras del matrimonio, de la hija, delos vecinos, de las enfermeras y de los pocos personajes que aparecen todos nos sentimos reflejados e interrogados.