AGRADECIDO

Agoniza el verano y nos preparamos para el comienzo frenético de las actividades que en Septiembre despegan enloquecidas. Finaliza un verano en el que, sorteando la pandemia, hemos vivido momentos informativos absolutamente vacíos, como el traspaso de un futbolista que lloraba compungido ante unas cámaras para sonreír feliz al día siguiente ante otras. Varias noticias han sido inquietantes: olas de calor, deshielos brutales, terremotos devastadores, contaminación del mar… No ha faltado la maldita y sempiterna violencia machista y vicaria, que se lleva por delante la vida de mujeres a manos de quienes -debiendo amarlas- se han creídos sus propietarios, o de los propios hijos, utilizados como víctimas para dañar a la pareja con una crueldad abyecta.  Ha seguido el goteo de la tragedia en el Mediterráneo, que engulle en sus fauces inmigrantes inocentes. Se ha continuado hablando de Ceuta y de los chavales marroquíes que huyen de unos y otros ansiando libertad mientras muchos mandatarios miran hacia otro lado. También nos hemos horrorizado mientras veíamos violencia callejera e irracional entre jóvenes que ha acabado incluso con la vida de alguna persona. Y luego ha llegado la tragedia de Afganistán, que ha supuesto una vergüenza sin precedentes para Occidente y un drama humanitario terrorífico e imprevisible.

Pero en medio de todo esto, he encontrado momentos maravillosos y motivos de agradecimiento a muchas personas, que nunca saldrán en los medios y cuyas vidas me ayudan a ser lo que soy. Por eso, a través de estas líneas, quiero dar las gracias:

  • A los animadores y animadoras con los que hemos hecho, por fin, Campamentos con niños y niñas necesitados de jugar después de un año de privaciones. A aquellos jóvenes que luego hicieron cursos para titularse como monitores y directores de actividades de Tiempo Libre, sacrificando diez días de su ocio y descanso.
  • A las familias que reorganizaron sus vacaciones y voluntariamente se prestaron para atender la cocina en esos días, con eficacia, alegría y una ternura primorosa.
  • A Teresa y a Quim, misioneros en Cuba y en Ecuador respectivamente, que comparten su vida con personas empobrecidas y necesitadas y han podido visitar unos días a sus familias en nuestro país.
  • A mis amigos José Esteban, Rosa y el pequeño-gran Esteban, que me acogieron en su hotelito La Llosa de Fombona en Asturias con una familiaridad extraordinaria.
  • A Luis y Ana, que ilusionadamente preparan su boda en unos tiempos en los que se rehúyen los compromisos y asustan las responsabilidades.
  • A mi amigo José Antonio, que ha aceptado ser obispo de Teruel, respondiendo valientemente a una llamada más a la renovación y la frescura de la Iglesia que busca el papa Francisco. 
  • A los curas y laicos que han tenido la paciencia de escuchar mis reflexiones en los Ejercicios Espirituales que he animado en Cataluña y Guadalajara.
  • A Abdelmajid, a quien me encontré después de dos años de compartir mano a mano con él un testimonio para jóvenes de amistad interreligiosa y nos saludamos con un sincero Salam Aleikum.
  • A los chavales que me felicitaron el día de mi cumpleaños y me hicieron un regalo precioso que guardo como oro en paño.
  • Al pequeño C., que -con casi 13 años- me abrazó una tarde y, con los ojos húmedos, me prometió que el curso que viene no le pondrían ni un parte de comportamiento en la Escuela.
  • A Assim, de 19 años, a quien conocí hace unas semanas y fue para mí un testimonio de bondad y superación, mientras busca trabajo y futuro frente a trabas legales y burocráticas.
  • A M., que nos hizo llorar cuando nos contó cómo fue su lucha por dejar la droga.
  • Y a tantas y tantas personas buenas con las que me he cruzado este verano; personas capaces de sonreír y ayudar, de escuchar y echar una mano.

Son ésas las personas que te animan, sin pretenderlo, a dar gracias a Dios por la vida, a creer en el ser humano, a afrontar con esperanza un nuevo curso, a renovar la certeza de que en nuestras propias manos está ir construyendo un mundo más humano y libre, en el que se eclipse la tristeza y vaya amaneciendo la fraternidad.

JOSAN MONTULL

Han Solo y Jurassik World

Cine para refrescarse: HAN SOLO y JURASSIK WORLD

 

‘HAN SOLO: UNA HISTORIA DE STAR WARS’

Director: Ron Howard

Reparto:

Alden Ehrenreich, Emilia Clarke,

Donald Glover, Woody Harrelson,

Thandie Newton


‘JURASSIC WORLD: EL REINO CAÍDO’

Director: J.A. Bayona

Reparto:

Chris Pratt, Bryce Dallas Howard,

James Cromwell, Rafe Spall y Toby Jones

 

En el mundo del cine llamamos blockbuster a un taquillazo, a aquella película que por sus características está destinada a la diversión del gran público. Son películas que no pretenden grandes reflexiones sino que hacen primar la diversión y la espectacularidad por encima de todo. Tras de ellas hay potentes industrias cinematográficas que se embolsan cantidades nada desdeñables por estos productos.

Dos son los blockbusters recientemente estrenados que son altamente recomendables para el verano: “Han Solo, una historia de Star Wars” (de Ron Howard) y “Jurassic World, el Reino caído” (De Juan Antonio Bayona).

Las dos son buenas películas, destinadas al entretenimiento y para un público juvenil o familiar.

Resulta curioso que las dos películas tienen elementos comunes que evidencia cómo funciona este tipo de cine. Veamos.

  • Las dos forman parte de una saga (“Star Wars” en el caso de Han Solo y “Jurassik Park” en la segunda)
  • En ambas nos encontramos con una narración fantástica que está contada bajo los códigos de otros géneros, así “Han Solo” parece un western en el espacio y “Jurassik…” deviene en un film de terror en un ambiente de aventuras.
  • La historia es absolutamente inverosímil y la olvidamos a los 20 minutos. Se trata de narraciones al servicio de los efectos especiales y la acción; esa narrativa tiene una factura técnica impecable que hace que el espectador se desentienda progresivamente del argumento siendo absorbido por la aventura pura y dura.
  • Los personajes protagonistas son en ambas chico y chica simpáticos, jóvenes, alocados, absolutamente imprudentes pero tocados por un importante sentido épico de la lealtad y la amistad.
  • En las explosiones, las batallas, los ataques de los monstruos…los que mueren son los malos malísimos. Si algún personaje moralmente bueno muere siempre es un hombre (no un monstruo ni una batalla impersonal) el que acaba con él.
  • Son films de una producción multimillonaria y que vienen precedidos por campañas de marketing en ropa, diseños, juguetes, material escolar…hay tras la producción una industria poderosísima.
  • Hay en ambas un concepto claro de la diversión por la diversión. Son films entretenidos, que seducen al espectador desde las primeras escenas. El entretenimiento está garantizado; además, la supuesta gravedad de la historia queda salpicada por pequeños gags humorísticos que distienden la tensión.

Por eso estas dos películas pueden ser más que aptas para el verano. Para todas las edades garantizan una sesión agradable. Son buenas películas que en algún momento puedan darnos la sensación de que ya las hemos visto mil veces, no encontramos en ellas ideas nuevas…pero hay ritmo y calidad. Son los blokbusters del verano…tremendamente refrescantes; qué más se puede pedir’

 

JOSAN MONTULL

LA OLA DE CALOR

LA OLA DE CALOR

Ya está aquí, ya la estamos sufriendo…otra vez; es normal en el verano, llega la ola de calor.

Todos de pertrechan y se afanan para protegerse de tan sofocante situación. La ventas de aparatos de aire acondicionado se disparan, la gente acude a las piscinas y se ponen a remojo durante muchas horas, en casa no faltan los refrescos. Los ventiladores y los abanicos se convertirán en compañeros inseparables; hasta las sombrillas y toldos ser enseñorearán en las ciudades. Las gafas de sol, los protectores solares, las cremas, los bañadores, las gorras, la botella de agua permanente, los sombreros, las toallas y toda la parafernalia piscinera hacen acto de presencia en este tiempo de calentamiento global.

Los más pudientes ya están huyendo. En las agencias de viajes no dan abasto. Hay quien se va a Méjico o a Cuba, otros buscan los espacios más fresquitos y se suben a los fiordos, a Dinamarca y a esos países en donde parece que siempre es invierno.

Y luego están los intercambios, que si la niña se me va a Irlanda a aprender el inglés, que si en Canadá hay un campus fantástico, que si en el sur de Francia hay intercambios universitarios en unas playas en las que los niños hacen surf y se ven unos cuerpos danone tremendos. En fin, que estamos el verano, en plena ola de calor.

Y con este afán de huida, de hacer las maletas y de echar a correr, voy yo y preparando unas reflexiones que debo hacer en voz alta escribo la palabra interiorizar en mi ordenador y éste me subraya la palabrita de marras y me dice que no la reconoce, que interiorizar no debe existir, que si quiero algo, la añada a la herramienta de ortografía. Y, claro, me he cabreado. Y pienso que tal vez el ordenador no haga más que proyectar un reflejo de lo que muchos nos quieren hacer creer: que vivir es huir, que solamente con dinero puedes combatir el calor y el tedio.

Me ha dado la sensación de que, más que el calor, nos asfixia el consumo.

Por eso me atrevo a proponer un verano alternativo, un verano que nos sirva para viajar hacia nosotros mismo y para interiorizar la historia que vamos viviendo.

Se me ocurren muchas cosas; leer (también algo intrascendente), ir al cine a ver alguna peli humana o alguna de aventuras, de las que nos hacen recordar los buenos ratos de la niñez. Propongo caminar, respirar, hacer excursiones, saborear algún bocata y una cervecita con los amiguetes.

Propongo ir a ver algún enfermo para refrescarle el verano con la sonrisa. También propongo hacer algún cursillo que le ayude a trabajar mejor o simplemente a ser más persona.

Propongo la noche, la risa y la verbena; las tardes de siesta, el botijo y la sandía; las terrazas de los bares y las visitas a los pueblos.

Brindo los museos, los paisajes y las artes; los conciertos y el teatro. Y, esté usted donde esté, le propongo hablar con las personas y perder el tiempo contemplando el paisaje, la vida o la gente.

Si su vida está vinculada a la educación, le recomiendo que no desconecte del todo, acondicione el verano de tal manera que pueda estar en contacto con chavales; en los campamentos, travesías, convivencias, colonias o vaya usted a saber. Ni se le ocurra pensar por un momento que ser educador dura lo que dura el curso.

Y si usted pertenece a esa extraña ralea, entre los que me cuento, de hombres y mujeres que tienen fe, refrésquela también… y celebre la Eucaristía, y ventile su alma…y, de paso, como quien no quiere la cosa, lea algo que le ayude a dar razón de sus creencias y de su vida. Le propongo rezar, decirle a Dios cuánto le quiere o no decirle nada, limitándose a estar con él en la Iglesia o en ese monasterio tan hermoso que va a visitar y que le dice tantas cosas.

Y no olvide dormir más y saborear cómo va pasando el tiempo cuando parece que no pasa nada…

Y así, cuando llegue Septiembre y todos regresen al curro con un moreno de alucine y contando viajes de ensueño, vaya usted y les diga sonriendo que en verano ha interiorizado, que se ha ido de viaje al interior de sí mismo y ha descubierto unas vistas fascinantes y que ya les enseñará las fotos… vaya, que de la ola de calor usted ni se ha enterado.

JOSAN MONTULL

Temazo de Andrés Calamaro para despedir este primer cuatrimestre de Blog, GRACIAS, a los más de

420 Seguidores del blog, y a las más de 3000 visitas, en tan poco tiempo.

Volveré por el blog pasadas las fiestas de Huesca, en la recta final antes del inicio de curso, «Sed buenos, hijos míos»